Sociedad

La propuesta de ordenar sacerdotes a hombres casados en la Amazonía no supone abolir el celibato

• Bookmarks: 5


Monseñor Rafael Cob García, obispo misionero, vicario apostólico de Puyo y miembro de la secretaria del Sínodo sobre Amazonía – Diócesis de Burgos

Se trata de permitir una excepción en particulares áreas geográficas, pero el Papa tendrá la última palabra

Los participantes en el sínodo sobre la Amazonia que se celebrará en el Vaticano del 6 al 27 de octubre, estudiarán la posibilidad de hacer una nueva excepción al celibato sacerdotal. El documento de trabajo que recibirá cada participante lo plantea abiertamente.

«Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana», dice en el punto 129. No se trata de que los sacerdotes puedan casarse, sino de permitir el sacerdocio a los llamados «viri probati», ancianos de fe sólida que, aunque estén casados, celebrarían la Misa para pequeñas comunidades en zonas a las que no puede acudir un sacerdote.

Una sugerencia

En el documento de trabajo –que se titula «Amazonia, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral» y en el que no ha intervenido directamente el Papa– se especifica que se trata de una «sugerencia de las comunidades indígenas» de la Amazonía. Piden además que «en vez de dejar a estas comunidades remotas sin Eucaristía, se cambien los criterios para seleccionar y preparar los ministros autorizados para celebrarla». El texto también explica que esta solución imitaría la actitud de la «Iglesia primitiva, cuando respondía a sus necesidades creando los ministerios oportunos».

Algunos obispos de la región aseguran que muchos indígenas bautizados abandonan la fe y se pasan a confesiones evangélicas, pues no hay sacerdotes católicos que se ocupen de ellos. El teólogo Miguel Yáñez, de la Universidad Gregoriana de Roma, que fue uno de los encargados de presentar el documento, comparte el diagnóstico. «Hay lugares donde los sacerdotes llegan cada dos o tres años, y ¿qué comunidad cristiana puede subsistir con una presencia sacramental tan pobre?», justificó.

La propuesta no consiste en abolir el celibato ni en hacerlo opcional sino en permitir una excepción en particulares áreas geográficas. Será debatida en el Sínodo que, de aceptarla, la enviaría al Papa. Él tiene la última palabra. «De salir adelante, no sería la primera excepción (al celibato)», explica Yáñez. «Benedicto XVI admitió en el rito católico latino a ex sacerdotes anglicanos casados», recuerda. También es diferente de la situación de hombres viudos que se ordenan sacerdotes. Éstos sólo pueden ordenarse cuando sus hijos son ya adultos e independientes económicamente. Aunque no existen cifras oficiales, se calcula que hay varios centenares en la Iglesia católica.

En lugares remotos

En enero, durante la rueda de prensa en el avión de regreso de Panamá, una periodista preguntó al Papa si tiene previsto revisar el celibato sacerdotal. «Daría la vida antes que cambiar la ley del celibato», respondió citando unas palabras de su predecesor Pablo VI. «Solamente quedaría alguna posibilidad en los sitios más remotos, como las islas del Pacífico… Cuando hay una necesidad pastoral, ahí, el pastor debe pensar en los fieles. Pero no he tomado ninguna decisión al respecto», explicó.

En aquel encuentro el Papa ilustró la propuesta del obispo sudafricano Fritz Lobinger, ya jubilado. «Propone ordenar a un anciano casado, pero que ejerza solo el “munus sanctificandi”, es decir que celebre la misa, que administre el sacramento de la reconciliación y dé la unción de los enfermos. La ordenación sacerdotal da los tres “munera”: “regendi” —gobernar—, “docendi” —enseñar— y “sanctificandi”. En este caso el obispo le da solamente la licencia del munus sanctificandi», resumió. «Yo creo que el problema debe abrirse en este sentido, pero sólo donde haya un problema pastoral, por la falta de sacerdotes», explicó. «Es algo que hay que estudiar, pensar y rezar», concluyó. Es la tarea que deja en manos de los participantes del Sínodo sobre la Amazonia.

5 recommended
comments icon0 comments
0 notes
42 views
bookmark icon

Write a comment...

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *