El PIB de Japón acelera su crecimiento un 2,2% en el tercer trimestre gracias al consumo de los hogares
Las exportaciones, otro de los motores de la segunda economía de Asia, avanzaron un 2% intertrimestral
El producto interior bruto (PIB) de Japón creció en el tercer trimestre de 2016 un 2,2% a ritmo interanual, gracias sobre todo al gasto de los hogares y al aumento de las exportaciones. Entre julio y septiembre, la tercera economía mundial se expandió a su vez un 0,5% respecto al trimestre precedente, según los datos publicados por la Oficina del Gabinete.
Durante el segundo trimestre del año, el PIB japonés había avanzado un 0,7% interanual y un 0,2% respecto al primer trimestre.
La expansión del PIB supone la tercera consecutiva en términos intertrimestrales y supera las predicciones de la mayoría de los analistas, aunque este crecimiento todavía muestra síntomas de debilidad, sobre todo en lo que respecta a la demanda de particulares y de empresas.
En el período julio-septiembre, el consumo doméstico, un pilar que compone prácticamente el 60% de la economía nipona, avanzó un 0,1 por ciento intertrimestral, el mismo ritmo al que lo había hecho entre abril y junio.
Por su parte, la inversión de capital corporativo, otro componente clave de la estrategia económica del actual Gobierno del primer ministro Shinzo Abe para estimular la recuperación, se mantuvo plano tras retroceder un 0,1% el trimestre previo.
Asimismo, la evolución de la inversión pública, también incluida entre las palancas de crecimiento de «Abenomics» -el agresivo programa de reforma económico impulsado por Abe-, retrocedió un 0,7% respecto al trimestre anterior.
En cambio, las exportaciones, otro de los motores de la segunda economía de Asia, avanzaron un 2% intertrimestral.
Los datos del PIB nipón reflejan que los esfuerzos de «Abenomics» por estimular la demanda privada siguen sin dar los frutos deseados, debido a que las subidas salariales están lejos del ritmo que deseaba el Gobierno.
En cuanto a la inversión de las empresas, ésta se ha visto lastrada por las perspectivas de incertidumbre en la coyuntura global y por la apreciación del yen, una tendencia que merma los ingresos de los grandes exportadores japoneses.