Espana

Casado se prepara para la tormenta «Kitchen» y avisa de que no pasará «ni una»

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El extesorero del PP, Luis Bárcenas – IGNACIO GIL

El líder del PP quiere que no haya dudas en la «regeneración» de su partido

El fantasma de los escándalos de corrupción sigue persiguiendo al PP, por mucho que se haya renovado el partido. Es una pesadilla de la que Génova no consigue desprenderse, por el continuo goteo de informaciones que no cesa sobre los casos que siguen abiertos en los tribunales, y en los medios de comunicación. La nueva dirección del partido ha marcado un ancho cortafuegos, para que los escándalos se queden en el pasado y no les afecte, pero hay incendios demasiado grandes. Uno de ellos es el de la operación Kitchen, cuyos documentos secretos está a punto de desclasificar el Gobierno, según anunció la vicepresidenta el viernes. Pablo Casado se prepara para otra tormenta sobre su partido y lanza un aviso a los suyos: «No voy a pasar ni una», sea quien sea.

En una conversación informal con periodistas, al terminar la campaña andaluza, el presidente del PP quiso dejar muy claro que va a rechazar de manera absoluta y tajante cualquier conducta que se aparte de la honradez y la ejemplaridad dentro de su partido. Es un mensaje que ya ha tenido que lanzar en alguna ocasión desde que es líder del PP. La última vez, cuando María Dolores de Cospedal apareció en las cintas de Villarejo y se supo, entre otras cosas, que había encargado al excomisario un informe sobre su compañero de partido Javier Arenas. Casado no dejó pasar la oportunidad de demostrar su autoridad y señaló el camino directo de salida: Cospedal renunció a su escaño y abandonó la política.

El líder del PP sabe que la única manera de pasar página de una etapa que en su equipo consideran «negra», en lo relativo a los escándalos, es no dudar ni un segundo en su rechazo a todo lo que pueda poner en duda su compromiso con la regeneración dentro del partido, afecte a quien afecte. «Somos un partido honesto, y el que se desvíe de ahí se va a la calle», advierten fuentes del gabinete de Casado.

En el mitin de cierre de campaña, en Sevilla, subrayó que el nuevo PP es «el partido de la honestidad». «En este partido quien meta la mano en la caja se la vamos a cortar, ¡todos fuera, ni uno!». Fuentes próximas a Casado remarcan que ese mensaje va dirigido de forma específica a los que se vean involucrados en la tormenta «Kitchen» que se avecina.

Eso sí, Casado no va a admitir que otros partidos le cuelen «gato por liebre», ni va a consentir lecciones de Pedro Sánchez y su partido, el único «condenado en firme por financiación ilegal», y ahora con medio Gobierno en la cuerda floja por diferentes escándalos que para el líder socialista eran, antes de ser presidente, motivo más que suficiente para dimitir.

Interior, en el punto de mira

La número dos del Ejecutivo anunció, en el último día de la campaña electoral en Andalucía, que «seguramente» esta semana el Gobierno desclasificará la documentación secreta que pueda existir sobre la llamada operación Kitchen, que supuestamente se diseñó en el Ministerio del Interior en 2013, cuando estaba encabezado por Jorge Fernández Díaz, para sustraer documentos al extesorero del PP Luis Bárcenas. El Gobierno accede así a la petición cursada por el Consejo General del Poder Judicial, para que siga abierta la instrucción en el Juzgado número 6 de la Audiencia Nacional. En la pieza «Kitchen» se investiga una operación supuestamente encargada por el ministro Fernández Díaz, con ayuda del excomisario José Manuel Villarejo y del chófer del extesorero, con el fin de robar documentos relacionados con los papeles de Bárcenas.

El «nuevo PP» que lidera Casado quiere mostrar la máxima tranquilidad y seguridad, pues todos los escándalos que se están investigando forman parte de la etapa pasada, y los que ahora dirigen el partido se sienten totalmente ajenos a ellos. Pero no pueden evitar que los casos sigan manchando al partido. En la época de la operación Kitchen, el director general de Policía era Ignacio Cosidó, actual portavoz del PP en el Senado, y uno de los dirigentes que apoyaron con más fuerza a Casado en las primarias del partido el pasado verano.

Cosidó ya estuvo en el centro de la polémica hace un par de semanas, a raíz de un mensaje por «whatsapp» que envió al grupo de los populares en el Senado, sobre el acuerdo alcanzado con el PSOE para la renovación del Consejo General del Poder Judicial y la elección de su nuevo presidente. El mensaje dejaba en muy mal lugar la independencia judicial y se relacionó, unos días después, con el comunicado del juez Marchena, en el que renunciaba a presidir el CGPJ y el Supremo, como habían decidido PP y PSOE. El acuerdo se rompió y los socialistas pidieron la dimisión de Cosidó. Desde el PP se tachó de desafortunado e impropio el mensaje, pero no se vio motivo suficiente para pedir la cabeza de Cosidó.

Pero la confianza de la dirección del partido en el portavoz en el Senado quedó dañada. Ahora, el nombre de Cosidó vuelve a cobrar protagonismo por la «Kitchen», aunque su papel en los tejemanejes de la cúpula de Interior en los tiempos de Fernández Díaz no está nada claro, y todo apunta a que se mantenía al margen, como informó ayer ABC.

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