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La ‘Niña’, la posible causa de una sequía que se alarga más de un mes y amenaza ya con restricciones de agua en España

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La ‘Niña’, la posible causa de una sequía que se alarga más de un mes y amenaza ya con restricciones de agua en España

La Niña, un fenómeno climático con origen en el océano Pacífico, ha sido identificado como uno de los posibles factores que está influyendo en la actual sequía que atraviesa España. El Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo (ECMWF) ha predicho que las precipitaciones seguirán por debajo de la media hasta finales de marzo, continuando con la tendencia que ha llevado a que el comienzo de este año hidrológico sea uno de los más secos de la historia y el segundo de este siglo XXI.

Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), las reservas de agua siguen bajando y se sitúan ya en un 44,3%, afectando en especial a las cuencas del Guadalquivir y del Guadiana. En algunas zonas, como en el Campo de Gibraltar, ya se han comenzado a tomar medidas, como la disminución de la presión del agua en horas nocturnas, y se planea implantar restricciones al regadío si no llegan las lluvias en las próximas fechas.

La causa principal de la sequía es la persistencia de altas presiones en el entorno de la península. Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), cuenta que las borrascas circulan, «y parece probable que lo vayan a seguir haciendo», por latitudes más altas, por lo que solo ocasionalmente pueden afectar «algunos sistemas frontales, cuyas mayores precipitaciones quedan acotadas al extremo norte peninsular».

La Niña

Juan Jesús González, físico, investigador en dinámica atmosférica y también portavoz de la AEMET, señala a 20minutos que La Niña, al ser un fenómeno con un “impacto global”, empieza a observarse como uno de los factores que podría estar influyendo a la actual situación en España.

«La Niña”, explica del Campo, «es un fenómeno acoplado atmosférico y oceánico por el cual las aguas del Pacífico oriental ecuatorial están más frías de lo normal». La Niña es una de las dos fases del fenómeno conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés). Durante un episodio de El Niño, fase cálida del ENSO, «hay un debilitamiento de los vientos alisios habituales, lo que reduce el flujo ascendente de aguas profundas y altera las corrientes oceánicas, con lo que aumenta la temperatura de la superficie del mar, lo que a su vez contribuye a debilitar aún más los vientos alisios». La Niña es la fase fría e inversa de este fenómeno.

Los ciclos Niño-Niña afectan «a las pautas de viento, temperatura superficial del mar y precipitación en el Pacífico tropical, influyendo en el clima de toda la región del Pacífico, y de muchas otras partes del mundo«, resume del Campo.

Francisco Martín, físico, experto en predicción y coordinador de la Revista del Aficionado a la Meteorología de Meteored, coincide en señalar el gran impacto de este fenómeno: «La importancia de estos ciclos es tremenda, porque en algunas zonas del mundo sí que repercuten en los patrones de tiempo. La Niña puede hacer que llueva mucho en Indonesia, Madagascar y Mozambique- haga frío en Japón o haya sequía en Estados Unidos y México». Sin embargo, considera que la señal de La Niña en la península es breve, predominando otras influencias más cercanas, por lo que «el hecho de que tengamos La Niña no implica forzosamente que podamos explicar la ausencia de precipitaciones con este fenómeno«.

Para Juan Jesús González es precisamente el impacto global de La Niña lo que puede acercarla a la meteorología actual española. Reconoce que en «todas las regiones que están más cerca de donde sucede, en el Pacífico ecuatorial, está más ampliamente estudiado y se puede determinar de mejor forma la relación». En el caso de España, explica, «estamos un poco más lejos, entonces esta influencia de La Niña se puede ver entorpecida por lo que pasa en otras zonas del globo o lo que pasa también en el Atlántico«.

«Cuando estos periodos se prolongan más en el tiempo [ausencia de precipitaciones] y justamente coincide con que está La Niña, entonces sí que se puede empezar a pensar en que esto es por su impacto». «Hay ciertos estudios que vinculan La Niña con un periodo más seco o con el predominio anticiclónico en nuestra región, principalmente en invierno», aunque especifica que la relación en este caso se podrá concretar con un análisis posterior y exhaustivo.

El nivel de agua embalsada sigue disminuyendo

En lo que coinciden todos los expertos es en prever que la ausencia de precipitaciones se prolongará al menos hasta el inicio de la primavera. Esto, unido a los niveles de agua embalsada en España, hace que algunas zonas estén entrando en situaciones críticas.

La reserva hídrica española se encuentra al 44,3% de su capacidad total con 24.882 hectómetros cúbicos de agua, cantidad por debajo de la registrada hace una semana (44,6%) y muy por debajo de la media del año pasado (62,3%). Las cuencas con menor porcentaje de agua embalsada son la de Guadalete y Barbate (29,6%), la del Guadalquivir (28,5%), la del Guadiana (30,4%), la Mediterránea andaluza (30,3%) y la del Segura (34,4%).

Según el Ministerio para la Transición Ecológica, atendiendo a los planes de sequía establecidos para cada demarcación hidrográfica, es especialmente preocupante la situación de sequía hidrológica de la cuenca del Guadiana y de la cuenca del Guadalquivir.

En 2018, se aprobaron los planes de gestión de sequías para todas las confederaciones hidrográficas. Estos planes buscan mitigar el impacto de una escasez coyuntural sobre los usos del agua y no tratan de resolver problemas de escasez estructural. Cada demarcación tiene su propio plan atendiendo a su propia experiencia previa para que las confederaciones tengan un marco de actuación adecuado.

Se comienzan a prever restricciones si no cambia la situación

En cada Confederación Hidrográfica, corresponde a la Comisión de Desembalse deliberar y formular propuestas al presidente del organismo sobre el régimen de llenado y vaciado de los embalses y acuíferos de la zona. La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) se reunió este miércoles para abordar la preocupante sequía.

El presidente de la CHG, Joaquín Páez, resaltó la necesidad de ser «conservadores y realistas» en las previsiones para la campaña de riego del 2022, «año que ya es el quinto más seco de la serie histórica que maneja la CHG». «En el peor de los escenarios», en el que se mantenga una ausencia total de precipitaciones, se prevé una dotación de en torno a 1.000 metros cúbicos por hectárea, un 83% menos de la dotación máxima.

Respecto a esta decisión, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) ha advertido que el medio rural «se enfrenta a una amenaza grave de ruina económica y desempleo generalizado, pues todos los cultivos, absolutamente todos, están hoy en riesgo» y ha pedido que se aumente la dotación mínima a 1.200 metros cúbicos por hectárea.

En la Comisión de Desembalse también se abordó el Real Decreto Ley de Sequía enviado al MITECO. Esta propuesta incluiría medidas como obras de emergencia para garantizar el abastecimiento y ayudas para los afectados. El propio presidente de la Confederación trató este tema con la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en la reunión de coordinación de confederaciones de este martes.

La confederación de la cuenca del Guadiana también se encuentra actualmente estudiando qué medidas aplicar en los próximos meses, pero en la zona, a través de algunos ayuntamientos, ya se han empezado a tomar medidas como la activación de pozos de emergencia.

En algunas zonas, las restricciones ya han empezado

No solo las confederaciones hidrográficas y el Estado toman decisiones en este terreno. En el Campo de Gibraltar (Cádiz), el presidente de la Mancomunidad de Municipios, Juan Lozano, informó este miércoles de la imposición de restricciones en el uso del agua en la comarca por la situación crítica de los embalses.

El martes se produjo una reunión llamada Mesa de la Sequía que fue donde se tomó la decisión. Dicha mesa estaba compuesta por los ayuntamientos de Algeciras, La Línea de la Concepción, San Roque, Los Barrios, Castellar, Jimena de la Frontera y San Martín del Tesorillo, las cuatro empresas que gestionan el abastecimiento de agua en la zona, además, de representantes de la Asociación de Grandes Industrias (AGI), campos de golf y organizaciones ecologistas.

La Mesa de la Sequía ha decidido comenzar a imponer restricciones en el consumo de agua, si no se producen precipitaciones, a partir del 18 de abril. Sin embargo, con carácter inmediato se bajará la presión del agua que sirve a las ciudades y campos de la comarca durante las horas de la noche.

En Campelles (Girona), ya se comenzaron a aplicar cortes de agua hace una semana por la sequía. A inicios de esta semana, el municipio decidió levantar las restricciones durante el día, pero las mantendrá por la noche.

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