El riesgo de muerte cardiovascular de los supervivientes de cáncer varía según la edad del diagnóstico y es mayor en aquellos en los que el tumor se detectó a edades más tempranas
Los avances logrados en el campo de la investigación oncológica han posibilitado que a día de hoy contemos con tratamientos más eficaces y seguros para la mayoría de tipos de cáncer. Unos tratamientos que, sin embargo, no resultan en ningún caso inocuos. Y es que todo tratamiento tiene efectos secundarios, por mínimos que sean. Más aún en el caso de las terapias frente al cáncer, que en muchos casos provocan, entre otros efectos nocivos, el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. De hecho, se sabe que la principal causa de muerte no oncológica entre los supervivientes de cáncer infantil, tumores de mama y linfoma de Hodgkin que han recibido tratamiento oncológico es la enfermedad cardiovascular. Y ahora, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) ha establecido el riesgo de muerte cardiovascular de los supervivientes de cáncer en función de la edad a la que les fue diagnosticado el tumor, lo que permitirá identificar a aquellos con mayor riesgo y adoptar medidas para mejorar su calidad de vida y prolongar su supervivencia.
Como explica Mike Hawkins, director de esta investigación publicada en la revista «Circulation», «este conocimiento es importante para los médicos porque les ayudará a seleccionar a los pacientes que, dado que presentan un mayor riesgo, requieren un seguimiento más intensivo. Y asimismo, es importante para los supervivientes porque los empodera al informarles de los riesgos a largo plazo de un efecto secundario específico de las terapias oncológicas».
Mayor riesgo si más joven
Para llevar a cabo el estudio, los autores analizaron los historiales médicos de más de 200.000 británicos que habían sido diagnosticados de cáncer cuando contaban con una edad entre los 15 y los 39 años y que habían sobrevivido un mínimo de cinco años tras el diagnóstico de la enfermedad.
Los resultados mostraron que la enfermedad cardiovascular fue responsable del 6% de los decesos registrados en el estudio. Concretamente, y comparados frente a la población general de su misma edad y sexo, los supervivientes diagnosticados a la edad de 15-19 años presentaron un riesgo 4,2 veces mayor de fallecer por una enfermedad cardiovascular. Un riesgo de mortalidad cardiovascular que, en el caso de los supervivientes diagnosticados de cáncer entre los 35 y los 39 años, fue prácticamente similar a la de la población general de su edad y sexo –tan solo 1,2 veces superior.
Conocer este riesgo es importante porque ayudará a seleccionar a los pacientes que al tener un mayor riesgo requieren un seguimiento más intensivoMike Hawkins
Los tipos de cáncer cuyos tratamientos se asociaron con un riesgo de mortalidad cardiovascular mayor de lo esperado fueron la leucemia, los tumores genitourinarios, el cáncer de pulmón y el linfoma de Hodgkin.
Es más- el linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer del sistema linfático, parece ser la enfermedad oncológica en la que la edad en la que se estableció el diagnóstico –y, por tanto, del inicio del tratamiento– guarda una relación más estrecha con el riesgo de mortalidad cardiovascular. No en vano, hasta un 6,9% de los supervivientes diagnosticados a la edad de 15-19 años había fallecido a los 55 años por una enfermedad cardiovascular. Un porcentaje que en el caso de los diagnosticados a los 35-39 años fue de solo un 2%.
En conjunto, los supervivientes del linfoma de Hodgkin mostraron un riesgo 3,8 veces superior de mortalidad cardiovascular que la población general de su misma edad y sexo. De hecho, hasta un 28% de los supervivientes que habían superado la edad de 60 años había fallecido por una enfermedad cardiovascular.
Terapias cardiotóxicas
En definitiva, el estudio ofrece una visión novedosa sobre la cardiotoxicidad de los tratamientos oncológicos administrados a los supervivientes cuando aún eran jóvenes. Una situación que cada vez cobra un interés mayor entre los especialistas dedicados al abordaje del cáncer.
Como concluye Mike Hawkins, «los supervivientes de cáncer diagnosticados en la adolescencia o en el inicio de la edad adulta son internacionalmente reconocidos como una población infra-estudiada. Gracias a la ventaja que suponen los registros oncológicos a largo plazo llevados a cabo en Reino Unido nos encontramos en la posición de poder realizar el mayor estudio realizado al respecto hasta la fecha, que además de tener una base poblacional se ha beneficiado de un seguimiento a largo plazo tras el diagnóstico de la enfermedad».