El presidente de la Generalitat dice que es su obligación recordar los agravios del Estado con Cataluña
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha afirmado este viernes que Cataluña se ha ganado el derecho a ser tratada «bilateralmente», y ha lamentado que siempre que ha liderado el debate de la financiación autonómica ha tenido consecuencias negativas para Cataluña y para el resto del Estado.
Negativo para Cataluña, al recibir acusaciones de insolaridad, y para el Estado porque para que un buen acuerdo para Cataluña sea aceptado debe aplicarse al conjunto de autonomías «incluso a las que no lo han pedido, y eso hace insostenible el sistema», según ha considerado Puigdemont en la inauguración del XXI Encuentro de Economía de S’Agaró (Girona).
La presidenta de la Fundación Internacional e impulsora de las jornadas, Anna Balletbò, ha pedido a Puigdemont que no renuncie a acudir a la conferencia de presidentes autonómicos para defender los intereses de Cataluña en la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica. Se lo ha dicho, porque considera que quien no está no se le tiene en cuenta, y ha afirmado que el 53% de la población catalana «todavía cree que por la vía del diálogo se puede conseguir el encaje de Cataluña en España».
El presidente catalán ha explicado que la Generalitat está trabajando técnicamente con Baleares y la Comunidad Valenciana y estará atenta a la negociación, pero ha lamentado que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ya haya dicho que no pensaba aceptar nada que pudiese satisfacer a CataluÑa. Ha opinado que históricamente no ha habido acuerdos de calado en las conferencias de presidentes autonómicos, y que cuando iba el presidente Artur Mas «el clima y las actitudes no fueron de diálogo y consenso».
Preguntado por el motivo por el que este jueves hizo una lista de agravios a Cataluña por parte del Gobierno central en la entrega de premios de la patronal Fomento del Trabajo ante el Rey y la vicepresidenta del Gobierno central, ha opinado que es su «obligación» como presidente de la Generalitat y no hacerlo sería un fraude para los votantes.
«No es un listado exhaustivo, podía ser mucho más largo, era un apunte de reivindicaciones, que algunas las he oído del presidente Montilla y al presidente Mas», aprovechando la presencia de personas de relevancia como la vicepresidenta y con un tono que ha calificado de correcto, ha argumentado.
Cámaras de Comercio
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona -entidad también impulsora del encuentro de S’Agaró-, Miquel Valls, ha hecho referencia a amenazas externas como el Brexit y la victoria electoral de Donald Trump, que ha augurado que repercutirán en menos exportaciones a Reino Unido y Estados Unidos por su viraje proteccionista -ambos países representan el 9,4% de las exportaciones catalanas-.
Respecto a las cuentas públicas en España, ha insistido en las peticiones de la entidad de más corresponsabilidad fiscal entre el Estado y las autonomías, solventar la falta de estabilidad y predictibilidad de los ingresos de las autonomías, y dedicar más recursos para garantizar el Estado del Bienestar.
Asimismo, ha pedido a la Generalitat y el conjunto de administraciones mayor apoyo a la empresa privada a través de la seguridad jurídica, un marco regulatorio favorecedor de los negocios, políticas que impulsen el crecimiento –sobre todo a través de la inversión pública-, y no aumentar la presión fiscal a empresas y familias porque la recuperación todavía es débil y se podría truncar, ha advertido.
Valls también ha aprovechado la presencia de Puigdemont para reivindicar el papel de las cámaras de comercio como cohesionadoras del territorio e impulsoras de la actividad empresarial, y ha confiado en que en 2017 surja una nueva ley de cámaras catalana consensuada.