Pedro González-Trevijano se apunta a la moda de los aforismos, a caballo entre la filosofía y la literatura
La palabra «aforismo» viene del sustantivo griego «aphorismós», que procede del verbo «aphorídso», «delimitar, circunscribir, marcar con precisión, definir». El sustantivo, pues, cubriría el campo semántico de la delimitación, la circunscripción, la separación, la distinción, la definición. ¿-Y qué son nuestros aforismos sino breves definiciones, frases de pocas palabras que pretenden resumir en unas líneas, muchas veces en una sola línea, áreas de pensamiento mucho más amplias?
Es la desnudez lo que caracteriza al aforismo, subgénero a la vez de la filosofía y la literatura. En este mundo cibernético de tuits con un máximo de 140 caracteres, la escritura aforística vuelve a cobrar el ímpetu que tuvo entre los moralistas europeos de los siglos XVII y XVIII, con La Rochefoucauld, Pascal, Gracián, Lichtenberg y Joubert como máximos exponentes. Lo bueno, si breve, es hoy no solo dos veces, sino muchas más veces, bueno. Dígalo también la pasión que experimentan en la actualidad los poetas españoles por el haiku japonés y por la sabia concisión que encierran las diecisiete sílabas de esa estrofa nipona.
Terceras de ABC
Pedro González-Trevijano (Madrid, 1958) es catedrático de Derecho Constitucional, exrector de la Universidad Rey Juan Carlos y magistrado del Tribunal Constitucional (desde 2013). Firma habitual en las Terceras de «ABC», su figura es sobradamente conocida en muy diversos ámbitos por su capacidad de trabajo, su contrastada profesionalidad y su independencia de criterio. Pues bien, el conspicuo jurista ha sentido últimamente la llamada del aforismo y, como buen lector que es y buen observador de la realidad que lo circunda, ha escrito una cantidad considerable de máximas.
Rosario de máximas escrito con inteligencia, sagacidad, agudeza, humor e ironía
De ellas, el propio autor ha seleccionado los varios centenares que componen este libro, sugestivamente rotulado «El purgatorio de las ideas», que la probidad y el buen gusto editorial de Galaxia Gutenberg ha situado en los escaparates de las librerías españolas, enriquecido por unas atrayentes ilustraciones de Jorge Jovino y encuadernado en una preciosa tela sajona de color verde que lo convierte en una joyita bibliográfica.
Sentido común
El tomo, dedicado a la memoria del padre del autor, Francisco González Sánchez-Cotta, sitúa como pórtico tres citas (de Marco Aurelio, de Pascal y del pintor Degas, que cultivó a la vez bailarinas y aforismos) y emplea cuatro páginas para explicar la génesis de lo que el autor llama divertimento y que, para este lector, es una colección extraordinaria de aforismos. Lo es porque su lectura, salteada o continua, supone una inmersión en la realidad que nos hace más juiciosos y reflexivos, dado que el sentido común no es aquí el menos común de los sentidos, sino la piedra angular del libro.
Sentido común, inteligencia, sagacidad, agudeza, humor, ironía, presencia constante de ese código de valores esenciales e imprescindibles que brillan por su ausencia en el mundo actual, son algunas de las notas características que confluyen en este rosario de máximas. No se han escrito para figurar en un futuro diccionario de rimbombantes frases célebres, sino para guiar a los lectores por senderos de raciocinio e integridad moral, que no es poca cosa en los tiempos que corren.