Internacional

La liberación del saudí por el caso Khashoggi allana el camino para que Francia y Turquía normalicen las relaciones con Riad

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Khaled Alotaibi no es el sospechoso que busca la Interpol por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, sino otro saudí con el mismo nombre. París y Ankara se quitan de encima un peso que podría haber dificultado la normalización con Riad.

La Policía francesa puso en libertad en la tarde del miércoles a Khaled Alotaibi, de 33 años, quien había sido detenido el martes por la mañana como sospechoso de participar en el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en 2018. La Policía explicó que la detención se produjo por error puesto que el detenido y el sospechoso tienen el mismo nombre.

La liberación de Alotaibi se recibió con alivio en Arabia Saudí, Francia y Turquía, el país que había solicitado a la Interpol su detención para ser juzgado por el crimen ocurrido en Estambul. Tanto París como Ankara se hallan en un proceso de acercamiento a Riad después de varios años de tensiones originadas precisamente por el asesinato de Khashoggi.

Alotaibi fue interrogado por la Policía en la frontera del aeropuerto parisino de Roissy-Charles-de-Gaulle en la mañana del martes, cuando se disponía a embarcar en un avión con destino a Riad. La Policía dijo que Alotaibi viajaba con un «pasaporte sencillo a su nombre» cuando en el control saltaron las alarmas.

Tanto París como Ankara se hallan en un proceso de acercamiento a Riad

A petición de las autoridades turcas, la Interpol había activado una orden de búsqueda del sospechoso de participar en el asesinato de Khashoggi en el Consulado saudí de Estambul. En el pasaporte del falso sospechoso figuraba un visado de residencia francés emitido en 2019 así como un visado británico.

La embajada saudí en París pidió la «inmediata liberación» de Alotaibi, que había trabajado como guardia real, asegurando que el detenido no está relacionado con la persona buscada por la Interpol, y explicando que el apellido es muy común en aquel país. Según la embajada, el sospechoso real se encuentra detenido en una cárcel saudí.

Los presuntos asesinos de Khashoggi, que pertenecían a los servicios de seguridad saudíes, desmembraron el cadáver y sus restos nunca aparecieron. En un primer momento Riad negó cualquier vínculo con el crimen pero más tarde, bajo la presión de EEUU, juzgó a los implicados en un proceso opaco que condenó a muerte a cinco saudíes y a prisión a otros tres. Posteriormente, las penas fueron conmutadas.

El caso manchó la reputación internacional del príncipe heredero Mohammed bin Salman, quien según distintos medios, fue quien ordenó el asesinato del periodista que residía en EEUU y colaboraba con The Washington Post lanzando críticas contra las políticas de Bin Salman. Un informe de los servicios de espionaje americanos confirmó que el crimen no se habría cometido sin el visto bueno de Bin Salman.

Precisamente el 4 de diciembre el presidente Emmanuel Macron visitó Yedda y se entrevistó con Bin Salman, siendo el primer mandatario occidental que visita Arabia Saudí desde que se inició la crisis de Khashoggi. Su visita fue criticada en Francia con el argumento de que Macron está tratando de «blanquear» la imagen del príncipe.

Macron se entrevistó con Bin Salman, siendo el primer mandatario occidental que visita Arabia Saudí desde que se inició la crisis

En el marco de su gira por varios países del Golfo Pérsico, Macron parece haber querido agradecer la reciente adquisición de armas francesas por valor de miles de millones de euros, así como iniciar futuros negocios en el mismo campo. Con estas compras, los países árabes compran el silencio de las autoridades francesas, mientras que Macron, como ocurre siempre, salvaguarda los intereses económicos de su país en detrimento de los intereses europeos.

En el entorno de Macron se defendió la visita a Yedda argumentando que Francia necesita tener relaciones con los países del Golfo para poder influir en la región. El presidente dice que está tratando de «resolver» la crisis libanesa y para ello es preciso hablar con el príncipe saudí. En ningún momento Macron se refirió a la ocupación militar israelí de los territorios palestinos.

Sin embargo, la visita podría estar más bien relacionada con el reciente fiasco causado por la repentina decisión de Australia de cancelar la adquisición de submarinos franceses y sustituirlos por submarinos americanos. Macron dijo que habló «francamente» con Bin Salman «de todos los temas», y no debe olvidarse que la venta de armas es una cuestión capital y prioritaria para París.

En este contexto, la detención de Alotaibi constituía un revés para la política exterior de Francia, de ahí que haya sorprendido. Los medios franceses no supieron explicar por qué Alotaibi no fue arrestado cuando entró en Francia o durante su estancia en ese país. Su detención en el aeropuerto cuando se disponía a abandonar el país podría deberse a un error.

Además, el país que solicitó su detención, Turquía, se halla justamente en proceso de reconstruir las relaciones con Bin Salman. El presidente Recep Tayyip Erdogan ya ha dado los primeros pasos en esa dirección después de tres años de enfrentamiento, es decir desde que estalló el caso Khashoggi, con lo cual la detención de Alotaibi llegaba en un mal momento para todos, Francia, Turquía y Arabia Saudí.

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