La fiesta supera a la reivindicación social

Las expectativas eran altas, teniendo en cuenta el poder de movilización que habían tenido en otras ocasiones y que la cita cada 23 de abril en Villalar de los Comuneros (Valladolid) siempre ha tenido carácter reivindicativo. Pero, finalmente, las protestas sociales, entre las que estaban las de la defensa de la Sanidad y las pensiones dignas, no fueron tan numerosas como se esperaba y el ambiente de fiesta se impuso tanto en la campa próxima al pueblo como en el municipio, con asistentes de todas las edades, sobre todo familias, que animadas por el buen tiempo acudieron hasta el municipio en el que la región celebra tradicionalmente su día más importante. En total, más de 16.000 castellano y leoneses -una cifra superior que en los años anteriores- disfrutaron de las jotas que se resonaron durante todo el día, de las actividades programas y de la gastronomía.

Los más madrugadores fueron los trabajadores de la empresa Isowat Made de Medina del Campo (Valladolid), el grupo más numeroso que llevó hasta Villalar de los Comuneros su reivindicación. Su situación es incierta y 97 empleos penden de un hilo, expresó su portavoz, Helder Ferrinho. Por eso, ya estaban preparados hacia las nueve de la mañana en la plaza del pueblo con una pancarta en la que podía leerse: «Por el futuro de Made. Una solución ¡Ya!». Y allí se mantuvieron hasta que fueron llegando todas las autoridades para pedirles que no abandonen el esfuerzo que están haciendo por mantener la planta en funcionamiento.

El primero en aparecer fue el presidente del Partido Popular de la región, Alfonso Fernández Mañueco, quien llegó a las nueve y media de la mañana casi al mismo tiempo que la presidenta de las Cortes y de la Fundación Villalar, Silvia Clemente, y los consejeros de Empleo y Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo y Pilar del Olmo. Ellos fueron, junto al presidente del PP de Valladolid, Jesús Julio Carnero, también los primeros en acerarse a mostrar su apoyo a los empleados de la compañía medinense.

Instantes después, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, entró en el centro del pueblo, donde la villa tiene el monolito que recuerda los acontecimientos históricos que ese mismo día, pero de 1521 acogió, el ajusticiamiento de los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado, líderes de la revuelta que se levantó contra el Rey Carlos V.

«Se lo debía»

El jefe del Ejecutivo tuvo este año que cambiar el que es su recorrido tradicional en el Día de la Comunidad. Y es que, normalmente, Herrera acudía a visitar la exposición instalada en la Casa de la Cultura, pero este año se sustituyó por dos ubicadas en el espacio cultural denominado «Las Eras».

Así que esta vez acudió al Ayuntamiento y allí firmó en el libro de visitas. «Cada 23 de abril, Día de Castilla y León, miles y miles de paisanos se dan cita en Villalar, que así confirma su condición de símbolo de nuestra Comunidad. Es una jornada festiva y reivindicativa, llena de tradición y de vida. Siempre me ha complacido estar presente este día en Villalar, como muestra de apoyo a una fiesta de todos», escribió ante la atenta mirada del alcalde, Luis Alonso Laguna.

Pero aún le quedaba una visita pendiente. En el camino que va de la céntrica plaza a la campa, Juan Vicente Herrera, se paró y entró en uno de los pocos bares que tiene la localidad. «Se lo debía a tu padre», le confesó al hijo del dueño, al que cada año saludaba desde la puerta, pero no aceptaba su invitación de pasar dentro. Por fin este año ha sido posible y se tomó el café que tanto esperaba el propietario del establecimiento.

Tras algún percance con jardineras instaladas en la plaza, que cayeron sin causar daños personales empujadas por las personas y medios que acompañaban al presidente sin ningún daño personal, Herrera abandonó Villalar casi una hora después. Pero si alguien acaparó todos los focos, ése fue el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, quien acudía por primera vez al Día de la Comunidad como líder socialista. No sólo las cámaras de televisión, sino que también muchos asistentes buscaban una instantánea con él. Le fue difícil entrar en una abarrotada carpa del Partido Socialista, donde le esperaban todos los dirigentes regionales de su formación.

Acudió también hasta el monolito que acoge las ofrendas de todos los partidos y en su camino se encontró con los pensionistas de diferentes provincias movilizados en el día de Villalar, que intentaron cortarle el paso para que escuchase sus demandas, aunque sólo se llevaron el asentimiento de Sánchez.

«Pensiones dignas»

Ellos y su defensa por unas pensiones dignas fueron la protesta más sonora del día, pese a no ser muy numerosos. «Los recortes hacedlos en las Cortes», gritaron junto a otros lemas antes de leer su manifiesto, en el que criticaron la subida «de miseria» realizada por el Gobierno central.

Poco después, algunas decenas de manifestantes en defensa de la Sanidad Pública fueron los siguientes en llevar hasta la plaza sus reivindicaciones, seguidos por el colectivo contrario a la mina de uranio que la empresa Berkeley proyecta en la localidad salmantina de Retortillo. Estos últimos estuvieron acompañados por el procurador de IU-Equo, José Sarrión.

Avanzada la mañana las temperaturas fueron subiendo hasta superar los 20 grados. Para entonces ya resonaban dulzainas, tambores y, sobre todo, jotas castellanas, por todo el municipio que se iba llenando de visitantes dispuestos a pasar un día festivo.

Pero no todo fue música, también hubo espacio para la poesía. La carpa de la Fundación Villalar acogió el homenaje a «Amapolas comuneras» de Godofredo Garabito en su cuarenta aniversario. Exposiciones de carruajes y de olmos antiguos y un festival de música folk con el reconocimiento a unos habituales en Villalar, el dúo Candeal, completaron la programación.