En vísperas de la Navidad, las colas llegan ahora a unos bancos sin liquidez
A la penuria de alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad con la que tienen que convivir desde hace meses los venezolanos, se suma ahora la escasez de efectivo circulante en una economía aquejada de una inflación desbocada. Una escasez que agrava las penurias del día a día de gentes como Josefina Rueda. Después de hora y media en la cola para comprar una hogaza de pan en una tienda de Chacao, esta jubilada se prepara para aguantar otra fila junto al camión del pollo. Ymientras espera su turno, cuenta su peregrinaje por los bancos para cobrar su pensión de jubilación: «Hoy recorrí cuatro bancos y no he podido retirar mi pensión porque no tienen dinero en efectivo», asegura.
La única entidad que pudo entregarle parte del dinero fue el Banco de Venezuela. «Me dieron la mitad de mi pensión, porque no tenían suficientes billetes para darme completa la asignación. Y lo peor es que me la dieron en paquetes de 2, 5 y 10 bolívares». Y es que la escasez es especialmente aguda para los billetes de mayor cuantía. A Josefina le costó cargar tal cantidad de billetes porque no había llevado una carretilla al banco sino un pequeño bolso para no llamar la atención de los ladrones.
Su pensión equivale al salario básico de 22.576 bolívares mensuales, una prestación más que escasa teniendo en cuenta el valor real del dinero en un país en el que el dólar se cotiza en el mercado negro a unos 2.800 bolívares. El Gobierno de Nicolás Maduro ha ordenado restringir la retirada de dinero en los cajeros automáticos hasta 10.000 bolívares por día. Dice que «así los venezolanos van a poder ahorrar y no gastar su paga de Navidad». Lo que hace en realidad es asfixiarlos aún más.
Merma del poder adquisitivo
Según el Centro de Documentación y Análisis Social Venezolano, en octubre se necesitaban 19.200 bolívares diarios para adquirir la canasta básica familiar. El precio de esta es ahora de 575.328 bolívares mensuales, tras un alza del 422% en comparación con octubre de 2015. El presidente del Banco Central, Nelson Merentes, no da la cara ante los medios, pese a que Braulio Merino, miembro del partido opositor Primero Justicia, le recordó que «debe dar una explicación de por qué la escasez de billetes ha llevado a las instituciones financieras a dispensar un máximo de 10.000 bolívares por cajero y a pagar los desembolsos en billetes de baja denominación». «Esto es un círculo vicioso de nunca acabar. Se imprime dinero inorgánico y la espiral inflacionaria sigue creciendo», sentenció, Merino.