Los fumadores que cambian el tabaco por los e-cigarrillos o por terapias sustitutivas de nicotina al menos durante seis meses portan menos compuestos tóxicos y carcinogénicos
Fumar es malo, muy malo, para la salud. De hecho, el tabaco es el principal factor de riesgo para sufrir una muerte prematura, por lo que la primera medida que debe tomar cualquier fumador que quiera gozar de una buena salud es, simplemente, dejarlo. Pero no siempre resulta fácil. Y si bien ya hay disponibles en el mercado distintos productos para facilitar la cesación tabáquica, poco se sabe sobre su seguridad a largo plazo. Es el caso, sobre todo, de los cada vez más populares cigarrillos electrónicos –o ‘e-cigarrillos’–. O así ha sido hasta ahora. Y es que un nuevo estudio dirigido por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido) parece confirmar, de una vez por todas, que vapear es mucho más seguro que fumar. También a largo plazo.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Annals of Internal Medicine», muestra que los fumadores que han cambiado los cigarrillos convencionales por los e-cigarrillos o por terapias sustitutivas de nicotina durante, cuando menos, un periodo de seis meses portan en sus organismos unos niveles significativamente menores de compuestos tóxicos y carcinogénicos que aquellos que han seguido fumando.
Como explica Lion Shahab, director de la investigación, «nuestro trabajo amplía las evidencias que muestran que los cigarrillos electrónicos y las terapias sustitutivas de nicotina son mucho más seguros que fumar, sugiriendo además que hay un riesgo muy bajo asociado con su uso a largo plazo».
No solo seguros, también eficaces
Como recuerda Alison Cox, de Cancer Research UK, organismo británico dedicado a la investigación del cáncer y responsable de la financiación de este estudio, «en torno a una tercera parte de todas las muertes causadas por el tabaco se deben al cáncer, por lo que queremos ver cómo cada vez más de los 10 millones de fumadores en Reino Unido acaban rompiendo con su adicción».
De ahí la importancia de esta nueva investigación, en la que no solo se constata la seguridad a largo plazo del uso de los e-cigarrillos, sino que se muestra que estos productos son mucho más inocuos de lo que hasta ahora se pensaba.
Los e-cigarrillos electrónicos y las terapias sustitutivas de nicotina son mucho más seguros que fumar y su uso a largo plazo conlleva un riesgo muy bajo Lion Shahab
Como indica Lion Shahab, «en nuestro trabajo hemos observado que los niveles de compuestos químicos tóxicos en el organismo por el empleo de los e-cigarrillos son considerablemente inferiores a los sugeridos por otros estudios previos en los que se llevaron a cabo experimentos simulados. O dicho de otra manera, nuestros hallazgos dan a entender que algunas de las dudas generadas en torno a la seguridad de estos productos podrían ser erróneas».
Sin embargo, no se trata solo de una cuestión de seguridad. También hay que tener en cuenta su efectividad. Es decir, ¿los e-cigarrillos son una herramienta realmente válida para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco? Una pregunta que ha generado un intenso debate a tenor de los resultados, sumamente contradictorios, arrojados por los distintos estudios. Pero según esta nueva investigación, la respuesta es un claro ‘sí’.
Como apunta su director, «nuestros hallazgos también sugieren que la cantidad de nicotina que proporcionan los e-cigarrillos apenas difiere de la que se logra con los cigarrillos convencionales. Esto podría ayudar a la gente a dejar de fumar al poder lidiar con su ‘abstinencia’ de nicotina de una manera más segura».
Eso sí, las cosas hay que hacerlas bien. No vale con combinar el consumo de tabaco con el vapeo o con las terapias sustitutivas de nicotina –caso de los parches–, pues así no se evita que el cuerpo siga acumulando productos tóxicos y carcinogénicos. Se debe dejar definitivamente el tabaco y recurrir a las alternativas ‘electrónicas’ o ‘nicotínicas’, notablemente más seguras.
Reducir las muertes por el tabaco
En definitiva, y si bien la mejor opción siempre será no iniciarse en el hábito tabáquico, los fumadores cuentan con unas ayudas para la cesación que ya cuentan con el aval de la investigación científica.
Como concluye Alison Cox, «este estudio refuerza la evidencia de que los e-cigarrillos constituyen una alternativa mucho más segura que el tabaco, y sugiere que los efectos a largo plazo de estos productos son mínimos. Conocer y divulgar los beneficios del reemplazo de nicotina, caso de los e-cigarrillos, es un importante paso para la reducción del número de muertes asociadas al tabaco en todo el mundo».