La saga familiar fue la que estableció los primeros asentamientos de canarios en Norteamérica
Bernardo de Gálvez y Gallardo fue un militar muy querido y apreciado por George Washington. Parte de su infancia la pasó en Tenerife. Su ayuda fue decisiva en las campañas contra los británicos durante la Guerra de la Independencia, entre 1776 y 1783. En 1785 se fue virrey de Nueva España, actual México.
Ese mismo año, los canarios ya conocían la feliz noticia del nombramiento y no dudaron en hacérselo saber. Desde México escribió Bernardo de Gálvez a Tenerife el 26 de diciembre de 1785 para agradecer a su buen amigo y tocayo, Bernardo Cólogan Valois, su apoyo y amistad.
En la misiva, De Gálvez afirma que «en todas disposiciones me hallará siempre dispuesto a complacerle en quanto dependiese de mis facultades. Por supuesto hasta donde ellas me lo permitan no dejaré de atender a todos los isleños» y agrega: «Estoy bien satisfecho de que en lo general me la profesan en esa isla (Tenerife), y así tampoco dudo que los contertulianos de vuestra merced se distinguiesen en el júbilo al saber la última gracia que debí a la piedad del Rey, y vuestra merced les dará muchas en mi nombre».