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Cómo sobrevivir con el salario mínimo en diferentes lugares de España | Público

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Tras varias manifestaciones convocadas por los sindicatos en multitud de ciudades de España para solicitar al Gobierno la subida del salario mínimo y la derogación de la refoma laboral, en ‘Público’ queremos contar cómo sobreviven algunos ciudadanos cobrando 950 euros al mes en diferentes lugares del país.

La subida del salario mínimo para el 2021 es uno de los puntos que se pretende abordar desde el Ministerio de Trabajo. En diciembre del 2020, cuando la titular de Trabajo ya había iniciado negociaciones con los agentes sociales para elevarlo a 1.000 euros al mes en 14 pagas, hubo una polémica en el Gobierno ya que la ministra de Economía y Hacienda, Nadia Calviño, proponía congelarlo.

Calviño afirmó que era partidaria de no elevarlo hasta que la recuperación económica estuviese «más enfilada». Estas palabras se sumaron a las de la vicepresidenta primera del Ejecutivo, Carmen Calvo, que también se mostraba contraria a subir el salario mínimo en aquel momento.

Los sindicatos han respondido con varias manifestaciones en diversas ciudades de España bajo el lema «ahora sí toca». Con esta consigna, el pasado 11 de febrero, decenas de delegados de Comisiones Obreras y UGT se echaron a la calle en 50 ciudades para pedir al Gobierno la subida del salario mínimo interprofesional y la derogación de la reforma laboral.

Aunque el salario mínimo ha ido subiendo en los últimos años, es muy difícil llegar a fin de mes con la cantidad actual, teniendo en cuenta el encarecimiento del coste de vida. Encarecimiento y dificultad que aumentan en las grandes ciudades. Por eso, en Público queremos contar cómo sobreviven algunos españoles cobrando 950 euros al mes en diferentes lugares del país.

Borja vive en una habitación en Madrid

Borja es natural de Teruel y hace 6 años tuvo que marcharse fuera a trabajar. Cuando llegó a Madrid estuvo empalmando contratos temporales en cadenas de ropa y en el sector de la hostelería. Desde febrero de 2019, trabaja como teleoperador en una aseguradora y cobra el salario mínimo en 12 pagas.

Actualmente, vive en un piso compartido en Vallecas (Madrid) con otras dos personas. Paga un total de 380 euros al mes más gastos y asegura a Público que ahorra «algo de dinero», pero que a cambio no puede independizarse solo.

«Tengo 32 años y pese a que tengo trabajo me toca vivir con dos personas más porque no puedo permitirme pagar un piso. Mi pareja trabaja a través de ETT y hemos estado haciendo cálculos, pero vemos muy difícil poder independizarnos juntos», explica.

«Hemos estado pensando en independizarnos en una habitación grande y vivir con otras personas, pero aún así nos indigna que con la edad que tenemos y estando los dos trabajando no podamos independizarnos solos», lamenta.

«Mira, nada más empezar el mes tengo que soltar 380 euros sólo por la habitación. En comer se me suelen ir unos 150 o 200 euros al mes. Tengo que sumar mi parte de gastos que, contando con internet, son unos 50 euros todos los meses. A eso súmale el abono transporte que son 54 euros y el gasto de mi móvil que son 15 euros al mes. Sólo en lo mínimo necesario para sobrevivir me gasto 700 euros y gano unos 980 euros al mes», explica a Público.

Borja calcula que se suele gastar unos 80 euros en gastos cotidianos como salir a tomar algo, tomar un café en el trabajo o comprarse unas aspirinas cuando le duele la cabeza.

«Viviendo en una habitación con dos tíos más en la casa consigo ahorrar, como muchísimo, unos 200 euros al mes, dinero que se me marcha cuándo tengo que ir al dentista, hacer algún regalo de Navidad o cuando se me estropea algún aparato. Tengo meses malos en los que vivo al día… y eso que no tengo coche, ni tengo hijos, ni tengo mascotas, ningún gasto que no sea yo mismo», finaliza.

María José intenta ahorrar porque su coche tiene 16 años

María José vive en el Puerto de Sagunto en la comarca de Camp de Morvedre que cuenta con 44.500 habitantes. Trabaja en la rama de la administración y cobra el salario mínimo en 12 pagas. Como tiene que trasladarse a su centro de trabajo gasta unos 120 euros al mes en gasolina y actualmente vive en casa de su pareja.

«Yo ahora mismo tengo la suerte de que estoy viviendo con mi pareja y no pago alquiler porque el piso es de su propiedad, pero antes vivía alquilada y pagaba 200 euros al mes. He tenido mucha suerte porque el piso me lo alquiló una amiga mía y me hizo un precio especial, porque aquí un piso pequeño está sobre los 450 euros», cuenta.

María José explica a Público que es una persona ahorradora y que no gasta dinero en nada más allá de lo necesario. Por lo que ajustándose el cinturón es capaz de ahorrar unos 500 euros al mes.

«Necesito cambiarme el coche porque tiene 16 años y lo utilizo para trabajar pero siempre voy postergando la compra para intentar ahorrar dinero. Pienso que mientras me vaya tirando el coche voy a aguantarlo hasta el final. Los peores meses son en los que me viene un gasto imprevisto como el dentista o el impuesto de circulación», asegura.

Noelia ve imposible ahorrar para comprar un piso

Noelia es administrativa en Salamanca capital y su pareja trabaja en el sector de la hostelería. Cuando llegaron buscaron un alquiler muy bajo y consiguieron un pequeño piso lejos del centro de la ciudad por 350 euros al mes.

«Decidimos buscar un piso viejo para que fuese más barato y así poder ahorrar algo para intentar comprar un piso, pero a día de hoy es imposible. Mi marido es camarero y la hostelería está muy mal valorada, tiene que hacer muchas horas y está muy mal pagado. Algunos meses hemos sido capaces de ahorrar, pero haciendo mucho esfuerzo», cuenta.

Noelia explica a Público que su pareja y ella decidieron adoptar un perro y cuando creció este desarrolló problemas de salud. Unos problemas que se traducen en gastos imprevistos cuando el animal enferma.

«Algunos meses hemos tenido que pedir dinero a mis padres y otros meses, si era poco dinero, hemos podido tirar de ahorros«, cuenta.

Noelia cuenta que para intentar ahorrar suele comprar todos los alimentos de marca blanca y, si consigue alguna oferta, compra en cantidades grandes para aprovecharla. Además, añade que su pareja y ella no suelen hacer planes fuera de su casa y que una parte de su ocio consiste en dar largos paseos con su perro.

«El tema de salir a comer o a cenar fuera lo limitamos a cumpleaños y poco más. Lo mismo pasa con la ropa, no compramos y si necesitamos intentamos que sea en rebajas y lo mínimo. Para que te hagas una idea, mi móvil tiene 6 años y mi coche 28 años, es así como ahorramos algo», asegura.

Yoel: «Si viviese en Madrid viviría con mis padres»

Yoel vive en Zaragoza y trabaja en una empresa de reparto cobrando el salario mínimo. Vive en una casa familiar, por lo que no tiene que pagar alquiler, pero asegura a Público que si no tuviese esa casa tendría que compartir piso para poder llegar a fin de mes.

«Me siento privilegiada por tener esta casa, pero tienes que ahorrar para imprevistos como que se te rompa la nevera, algo que con el salario mínimo es un esfuerzo. Pienso en la situación de una persona que cobre el salario mínimo y que tenga que pagar un alquiler y creo que si se le rompe la nevera tendría que estar mal comiendo el resto del mes«, cuenta.

Yoel explica que sí se puede permitir (con cautela) salir con sus amigos. «Creo que puedo permitirme socializar porque no tengo que pagar un alquiler que me quite una parte importante del sueldo, porque un piso por la zona de alquiler cuesta unos 500 euros mensuales».

Estima que al mes puede ahorrar unos 200 euros siempre y cuando no le vengan gastos imprevistos y tras hacer cálculos considera que, si estuviese en la misma situación viviendo en Madrid o Barcelona, estaría viviendo en casa de sus padres con 32 años.

Jaime, pagando una hipoteca y viviendo con sus padres

Jaime vive en Daimiel, un municipio de 18.000 habitantes, y trabaja como administrativo a jornada completa. Actualmente vive con sus padres porque se hipotecó hace poco y no podía asumir el resto de gastos él solo.

«Ahora mismo estoy viviendo con mis padres, pero pagando una hipoteca porque tengo que montar la casa con los muebles y pagar una hipoteca, los muebles y el resto de gastos… algo que yo solo no podía hacer», asegura.

Jaime explica que ahora mismo sus gastos están divididos en la hipoteca, ahorro para los muebles, gastos de luz y agua en su piso y facturas como la ITV del coche o el seguro.

«Creo que el salario mínimo ahora es muy justo y que no da para vivir. Cuando pienso en las personas que viven en Madrid o Barcelona no sé cómo lo hacen, porque yo he tenido que poner mi hipoteca a muchos años para que me salga más barata y poder llegar a fin de mes», finaliza.

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