No ganan cuatro dígitos cuando presentan sus resultados. Ni tampoco tienen presencia en un sinfín de países
Cercanía, trato personalizado, especialización, son algunas de las bazas con las que juegan bancos de menor tamaño para captar clientes. Si bien es cierto que no tienen el tamaño de gigantes financieros con presencia internacional, esto no les supone ningún hándicap en la operativa del día a día y, lo que es más importante, a la hora de generar clientes satisfechos.
César Villacampa, director de Ibercaja Patrimonios, asegura que en banca privada ser un banco mediano doméstico constituye toda una ventaja, gracias a que cuentan con factores tan importantes como «la confianza o la personalización del cliente». Sin olvidar que esto se logra de una manera más fácil que en las grandes entidades, las cuales tienden más a la industrialización.
Desde Bankinter Banca Privada añaden que la entidad, independientemente de su tamaño, tiene la capacidad de ofrecer toda la gama de productos y servicios que demandan los clientes. Además, el hecho de que no sean entidades internacionales, les permite tener un mayor conocimiento del mercado doméstico, como aseveran desde la entidad que preside María Dolores Dancausa.
Caso distinto es el de Banca March, como expone José Ramón Aranda, director de banca privada de Banca March. «No se trata de la división de un banco universal cuya actividad toca potenciar en estos momentos, sino de una entidad de banca privada con el músculo financiero suficiente para apoyar las necesidades de nuestros clientes».