Sólo votó el 42,4 % y se necesitaba más del 50% de participación para que fuera vinculante
El referéndum sobre las cuotas de inmigración no alcanzó en Hungría ayer el 50% de participación necesario para ser jurídicamente válido. Votó en torno al 42,4% del censo con un abrumador 98% de votos de rechazo a las cuotas de inmigrantes que pueda imponer la Unión Europea. Sin embargo, nada estaba ayer más fuera de lugar que las campanas triunfales procedentes de Europa occidental, y Berlín y Bruselas en especial, muy hostiles a la política del Gobierno húngaro que al saberse que no se alcanzaba el 50% daban por nula y sin ningún efecto a la consulta. Porque el primer ministro Viktor Orban anunciaba que el resultado es suficiente para emprender un cambio constitucional que sancione la opinión masivamente mayoritaria de rechazo frontal a toda inmigración impuesta.
Interpretación libre: Orban entiende el resultado como un mandato político para no aceptar refugiados
«Es un gran acuerdo nacional en el que nueve de cada diez húngaros que han votado han optado por nuestra voluntad soberana en una cuestión capital para el futuro de nuestros hijos. La cuestión era quién va a decidir quienes van a vivir en el futuro con los húngaros, Bruselas o Budapest. Y la respuesta esta clara, Budapest. Este era un paso capital. Ahora hay que dar forma legal a esta decisión del pueblo húngaro. En los próximos días presentaré una propuesta de cambio constitucional en la que se plasme la decisión del pueblo. Bruselas tendrá que entender que no puede imponerse contra la voluntad de una opinión como la hoy expresada», aseguró ayer el primer ministro.
Orban ya había anunciado por la mañana cuando votaba y parecía asumir ya que no alcanzaba la mitad del censo, que no necesitaba una validez jurídica de un referéndum que iba a interpretar como mandato político. Y nada más cerrar los colegios, el vicepresidente de Fidesz, el partido de Orban y vicepresidente del Parlamento Gergely Gyulas informó a ABC que «en cuestión de días su gobierno presentará un proyecto legislativo para anclar legalmente la voluntad expresada por los húngaros».
Medidas legisaltivas
Fuentes de Fidesz reafirmaban esta línea argumental de que no se llegara al 50 por ciento lo que se había comenzado a estimar probable en las últimas semanas. «Más de 3.200.000 votantes han expresado su temor a que, desde el exterior y en contra de la voluntad de los húngaros, se tomen medidas que puedan cambiar dramáticamente la vida en Hungría como sucede en otros países». Por ello se van a tomar, y con carácter urgente según reafirmaba el vicepresidente del parlamento, medidas legislativas para blindar la prohibición de aceptar cuotas obligatorias de refugiados.
Declaración de guerra
Estas serán recibidas por Bruselas previsiblemente como una declaración de guerra. Lo cierto es que el gobierno contará con una amplia mayoría para aprobar tanto leyes como la reforma constitucional. Le sobrarán votos porque el partido ultraderechista Jobbik que también había pedido el No en el referéndum, difícilmente podría negárselo en el parlamento para dicha reforma constitucional. Este partido había anunciado que pediría la dimisión de Orban si no alcanzaba el 50%, como ha sido el caso. La ultraderecha es el único partido de la oposición que puede realmente hacer daño a Orban que sin duda intenta fortalecer su plataforma electoral de cara a las elecciones de 2018 en que ambiciona repetir por tercera vez consecutiva su mayoría absoluta. Los demás partido de la oposición, salvo el minúsculo partido liberal, no se atrevieron a pedir al Sí a los refugiados ante el masivo rechazo popular a tal opción. El habitual cuerpo electoral está entre el 65 y 70%. Un 20% ha dado la espalda a la consulta por diversas razones. Por rechazo al obvio uso de la consulta para la reafirmación del poder político de Orban o por saber que la opción de rechazo estaba asegurada. Un mero 1,8% de los participantes ha votado a favor de las cuotas y de las tesis de Bruselas sobre el reparto obligatorio.
Otras votaciones: En otras elecciones, en el país votó entre el 65 y el 70%- Ayer un 20% prefirió quedarse en casa
Gyulas ya había manifestado a este periódico dos días antes que era improbable que se lograra ese 50% y recordó que ni en el ingreso de Hungría en la UE ni en su entrada en la OTAN hizo falta esa mitad del censo y en ambos casos estuvo por debajo. Quitó importancia a los entusiasmos de los medios de Europa occidental ante la noticia de que no se había alcanzado el quórum. «Lo importante es nuestra labor legislativa al respecto que se iniciará en los próximos días. Este resultado es un voto muy contundente para tomar medidas que impidan peligros para Hungría». Para quienes desde la Unión Europea vayan a poner en duda el peso político de un voto como el habido ayer en Hungría del 95% del 45% del electorado, Budapest puede recordar que también ayer se celebró un referéndum apoyado por Bruselas en Colombia para el llamado «Acuerdo de paz de La Habana» con las guerrillas narcoterroristas de las FARC. En este referéndum, que la Unión Europea celebra con entusiasmo, la aprobación de la tesis oficial no exigía más que el Sí del 13% del electorado.