Los niños de la comunidad Amish, expuestos al polvo en sus casas, presentan una tasa de asma mucho menor que los de otras comunidades
Los niños que crecen en comunidades Amish tradicionales en EE.UU. están protegidos contra el asma en gran medida debido a que su sistema inmunológico se ve reforzada por su constante contacto con los gérmenes que hay en las granjas de animales en los que viven.
Para llegar a estas conclusiones, un estudio publicado en «The New England Journal of Medicine» ha comparado dos comunidades tradicionales muy similares, los Amish en Indiana y los Huteritas en Dakota del Sur, que tienen diferentes métodos de crianza.
Los Amish viven en granjas lecheras donde utilizan caballos para el transporte y el trabajo de campo. Por su parte, los Huteritas emplean herramientas más modernas en sus granjas: por ello tienen menos contacto directo con los animales.
Quitando este aspecto, la mayoría de los aspectos de la vida diaria de estas comunidades también son bastante similares. Tienen ancestros genéticos comunes de los inmigrantes de Europa Central, y sus dietas, idénticas a los de las granjas tradicionales germánicas, son también muy parecidas. Por ejemplo beben leche cruda, vacunan a sus hijos y son amamantados cuando son bebés. No tienen mascotas dentro de sus hogares.
Solo el 5% de los niños Amish en edad escolar padecen asma , la mitad el promedio nacional de EE.UU
Pero a pesar de estas similitudes importantes, las tasas de asma que sufren son muy diferentes: sólo el 5% de los niños Amish en edad escolar padecen asma , la mitad el promedio nacional en EE.UU. Por el contrario, los niños de los Huteritas presenta una inusual alta tasa de asma, de casi el 21,3%. «Hace más de 10 años nuestro colega Erika von Mutius descubrió que el hecho de crecer en una granja podría proteger frente al asma», señala Carole Ober, coautora del estudio, y profesora de genética humana en la Universidad de Chicago. Ahora, continúa, «nuestro estudio, basado en su trabajo demuestra que no es el mero hecho de vivir en una granja los que es importante, sino que existen razones más específicas qué pueden proteger contra el asma», añade.
Así, los investigadores han visto que la diferencia radica concretamente en tipo de polvo que hay en el interior de sus casas: los hogares Amish «son más ricos en producción microbiana», señala el estudio.
Polvo protector
«Ni los hogares de los Amish ni los de los Huteritas están sucios», indica el informe «Están limpios- sin embargo, los graneros Amish están más cerca de los hogares y los niños corren descalzos todo el tiempo. No hay suciedad aparente en los hogares Amish, es simplemente el aire, el polvo». Y es este polvo el que protege el sistema inmune del asma infantil.
Los análisis de sangre realizados en 30 niños amish y a otros 30 huteritas a las edades de 7 a 14 años han demostrado que los primeros tenía un mayor número de células más eficaces para combatir las infecciones, conocidas como neutrófilos. También tenían un menor número de células que desencadenan reacciones alérgicas, los eosinófilos.
«Esperamos que nuestros hallazgos permitan en el futuro la identificación de sustancias sirvan para diseñar nuevas estrategias para prevenir el asma y las alergias», concluye Erika von Mutius, profesor del Hospital Universitario de Munich (Alemania), también coautor del estudio.
Hipótesis higiene
El estudio reafirma la famosa ‘Hipótesis de la higiene‘ que señala que se basa en que la exposición a gérmes y bacterias durante los primeros años de vida mejora la inmunidad a largo plazo. Algunos expertos creen que la «hipótesis de la higiene» puede explicar el aumento mundial en el número de enfermedades alérgicas y autoinmunes en los entornos urbanos.