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«Publicar las sentencias con foto de los agresores daría confianza a las mujeres»

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La fiscal de Violencia sobre la Mujer, Pilar Martín Nájera – IGNACIO GIL
Entrevista

Pilar Martín Nájera, fiscal de Violencia sobre la Mujer, asegura: «Todos los que han matado o atentado contra una víctima este año están en prisión preventiva. Las penas son muy duras, y la mayoría se cumplen»

Pilar Martín Nájera cumplirá este septiembre un año al frente de la Fiscalía de Violencia sobre la Mujer, cargo desde el que coordina los criterios de actuación de las fiscalías de toda España ante la barbarie machista.

Positiva y valiente, la fiscal no tiene miedo de decir que las denuncias por maltrato falsas son prácticamente «una falacia» o que no entiende por qué no se publican los nombres y las fotografías de los condenados por violencia de género, como ocurre con el resto de delincuentes graves. Defiende asimismo que hay que limitar ya el derecho de las mujeres a negarse a testificar contra el agresor, sobre las que tampoco ahorra una crítica que pocas veces se verbaliza: «Perdonamos demasiado, consideramos que podemos cambiarlos y les damos más oportunidades. Hay que ser más conscientes del peligro que se corre».

Convendría decírselo a las adolescentes que, según los datos, no tienen consciencia cierta de la violencia de género cuando la sufren…

Los jóvenes rechazan la violencia física y sexual de forma rotunda, lo que se está notando es una mayor permisividad con la violencia psicológica, la violencia de control: controlo con quién vas, con quién hablas, cómo vistes, donde estás… es la antesala de los comportamientos violentos. Han crecido tanto las denuncias de mujeres menores maltratadas como de hombres menores agresores, que son denuncias de violencia de género, por que se están anticipando mucho las relaciones de pareja incluso a los 13 y 14 años. El 2% de las órdenes de protección que se piden son para menores de edad y el año pasado hubo 160 chicos condenados por violencia de género. De enero a marzo se ha enjuiciado a otros 39 por este tipo de delitos.

Otro dato preocupante de este año es que muchas de las mujeres asesinadas sí habían denunciado antes.

Fiscalía cuenta hoy (por el pasado martes) 35 mujeres muertas a manos de su pareja o expareja, y más o menos el 40% había presentado denuncia previa. A 30 de junio de 2015 había 20 fallecidas y solo cuatro habían presentado denuncia cuando este año, a esa misma fecha, teníamos ya 27 y once habían presentado denuncia. El dato coincide con el del CGPJ sobre el aumento de las denuncias puestas por la propia mujer, pero también nos obliga a examinar qué ha fallado. De esos once casos, cuatro habían dado lugar a condenas ya cumplidas y la víctima había vuelto a rehacer su vida con el agresor o sin él. En otros dos, la víctima ya no había querido confirmar la denuncia y se archivó o hubo sentencia absolutoria. En el resto de casos, si existía un procedimiento penal vivo con orden de protección como medida cautelar que el agresor quebrantó. Es lo que más preocupa y hay que analizar con la Policía qué falló. Es importante que el apoyo a la víctima continúe con independencia del curso que siga la denuncia, para que no se produzcan tantas renuncias a seguir adelante como hay. Las mujeres perdonamos demasiado, consideramos que podemos cambiarlos y les damos más oportunidades. Hay que ser más conscientes del peligro que se corre

&iquest-Por qué parece que todo se concentra en prevenir en torno a la víctima y el agresor queda en segundo plano?

No es así. Todos los que este año han matado o atentado contra la víctima están en prisión preventiva mientras se investiga, lo que es una reacción contundente de la justicia. Luego las penas que les pueden imponer por homicidio o asesinato son muy duras, puesto que generalmente concurren agravantes de alevosía y parentesco. Y la mayoría de la pena se cumple, y, puede llevar aparejada la libertad vigilada. A los tribunales, audiencias provinciales y jurados que enjuician estos delitos no les tiembla la mano a la hora de imponer penas y el índice de condenas supera ampliamente el 90%.

Pero habitualmente no se sabe ni quién es, su nombre, mientras que el de la asesinada va de telediario en telediario.

No lo sé, dígame usted por qué los medios no lo dicen. Entiendo que al principio es por la presunción de inocencia. Pero cuando el agresor está condenado y la condena es pública es perfectamente posible que se publique. No hay ninguna razón para no tratarles como a cualquier otro delincuente grave. Si sale su sentencia, su nombre y su foto, también es una forma de proyectar la gravedad del delito, del castigo y que la Justicia ha actuado. Sería una advertencia para los delincuentes y a la vez daría confianza a las mujeres. Es importante que sepan que la agresión al final se paga.

Advertencia que no sirve de mucho cuando la mayoría se suicida…

Hay un índice del 30% de suicidios o de intentos, muchos de cara a la galería. La otra actitud frecuente del agresor es entregarse. Hay que decir que reconocer que se ha matado a una mujer cuando todo se sabe no se considera confesión. No se aprecian tantas atenuantes, la reparación del daño no lo es ni los celos se consideran arrebato.

Y la retirada de las visitas o la custodia de los hijos, está disuadiendo a los maltratadores?

Vamos a esperar que transcurra este año y vamos a ver qué variante real ha habido. Ha influido mucho la reforma del Estatuto de la Víctima que modificó la Ley Orgánica 1/2004, que establece que los jueces tienen que decidir en todo caso sobre mantener la guardia y custodia, la patria potestad o el régimen de visitas y si deciden mantenerlo, tienen que establecer el mecanismo para controlar y ver cómo incide en los menores. La regulación no deja escapatoria. También han sido muy importantes los cambios jurisprudenciales que la Sala Primera del Supremo ha establecido desde finales de 2015 al decir que, que en caso de violencia de género, está excluida la custodia compartida. Ya lo dice el Código Civil, pero se seguía concediendo. Lleva tiempo cambiar la mentalidad, también de los jueces. Vamos avanzando por buen camino- podría ser más rápido, por supuesto, pero se están dando pasos importantes. La Fiscalía pide estas medidas cada vez más, que los abogados de las víctimas las pidan también. Es como lo que ocurre con las pulseras telemáticas, que complican mucho la vida, pero dan resultado. Así es que, si tenemos medios, &iquest-por qué no usarlos?

Lo que sí complica la vida a las fiscalías es que la mujer pueda negarse declarar contra su agresor y retirar la denuncia, incluso en el juicio.

La Fiscalía lleva años pidiendo que este derecho se modifique o por lo menos que se regulen sus límites. La dispensa de los parientes del deber de declarar tiene base constitucional. Está prevista más bien para un testigo ajeno -que un padre mate a una madre y el hijo no quiera declarar-, pero no cuando tú eres la denunciante, pides la orden de protección y luego te vuelves atrás. Entiendo todos los problemas que tienen las víctimas, pero el sistema les está permitiendo con esta dispensa algo que va en contra de ellas mismas, porque se convierte en un instrumento de presión en manos del agresor, que sabe que el procedimiento puede pararlo ella. Además impide la investigación, puesto que si la mujer no testifica no se pueden tener en cuenta todas sus declaraciones anteriores. Eso es demoledor. En el primer semestre la Fiscalía ha retirado la acusación en 50 ocasiones, y 25 fue por que la víctima hizo uso de la dispensa.

&iquest-Hay que seguir hablando de denuncias falsas o es un mito agotado?

Es una falacia que no se basa en datos. Los que llevamos un control riguroso somos la Fiscalía y puedo decir que es un tópico que se sostiene por inercia, en absoluto en la realidad, por que el número no es significativo, es mucho menor del 0,5%.

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