Los ganaderos ya pueden solicitar las nuevas ayudas previstas para ataques. Los daños de estos cánidos a los rebaños se han multiplicado por siete en un lustro
La presencia del lobo ibérico (Canis lupus signatus) en la Comunidad de Madrid es una realidad constatada desde hace casi una década. Sus ataques al ganado, en la región, se han multiplicado por 7 en los últimos 5 años. Solo hasta agosto, Medio Ambiente ha registrado 136, muy por encima de los 91 que tuvieron lugar en todo 2015. La existencia estable de este cánido ha llevado al Gobierno regional a plantear soluciones para «compatibilizar la protección de esta especie y la de los ganaderos que sufren sus ataques». Para ello, la Consejería de Medio Ambiente ultima un Plan de Gestión del Lobo que promete debatir con «todas las partes afectadas». Según fuentes regionales, ese proyecto pasa por desarrollar cinco puntos fundamentales para garantizar la coexistencia de la actividad ganadera con las camadas. Hasta el momento, se tienen localizadas dos, de unos ocho ejemplares cada una, en la Sierra Norte, aunque hay incursiones esporádicas de lobos que habitan en la vertiente segoviana.
El primero de esos puntos corresponde a las indemnizaciones. A este respecto, la Comunidad de Madrid ha puesto a disposición esta misma semana nuevas ayudas para los ganaderos por valor de 60.000 euros, el mismo que en 2015. «Se trata de la cantidad más alta que dedica cualquier comunidad autónoma a este concepto, de los que en la anterior convocatoria se hicieron efectivos solo 46.000 euros. Es decir, no se agotó el crédito dispuesto por falta de solicitudes de ayudas por ataques», explica a ABC el consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada. Está previsto que esas ayudas puedan aumentar hasta los 90.000 euros para el próximo año.
Recuperar las majadas
Los ganaderos están «aprendiendo de nuevo» a compartir la montaña con el lobo tras décadas sin su presencia. «No es una tarea sencilla», explica Taboada. El lobo desapareció del paisaje madrileño hace 70 años. Se tiene constancia de que los últimos grupos de estos cánidos habitaron tierras madrileñas poco después de que acabara la Guerra Civil. La última pareja de lobos fue abatida en el valle del Lozoya en 1952. Por ello, además de ayudas económicas, el plan regional contempla fomentar otras medidas que tradicionalmente han servido para paliar los daños ocasionados por estos animales salvajes. «Queremos recuperar las majadas para resguardar al ganado, fomentar la modernización de las instalaciones ganaderas con, por ejemplo, cercados eléctricos y, sobre todo, incentivar el uso de mastines como perros guardianes», expone el consejero. El último punto del plan pasa por ayudar a gestionar todo el trámite burocrático de los ganaderos con las compañías aseguradoras.
El Gobierno regional ha dispuesto ayundas de 60.000 euros a los ganaderos. En un año se incrementarán a 90.000
«En esta convocatoria de ayudas hemos introducido una serie de novedades demandadas por los representantes de las organizaciones profesionales agrarias en las múltiples reuniones que se mantienen con el sector», asegura el consejero. Así, por primera vez, se podrán solicitar ayudas por daños producidos por buitres –ya estaban incluidos los de perros silvestres–. Estarán cubiertos también los gastos veterinarios de los animales heridos que no resulten muertos. «Siempre que no superen el importe máximo establecido por valor del animal, lucro cesante y daños indirectos», añade. El plazo para notificar los ataques se ha aumentado de 48 a 72 horas y la resolución por parte de la Administración será de 3 meses desde la presentación de la solicitud.
Los expertos consultados por ABC consideran que el del lobo es un «proceso natural de expansión». A finales del año pasado, los Agentes Forestales de la Comunidad confirmaron, mediante fototrampeo, la cría de ocho lobatos en la sierra. En lo que atañe a su protección, el Ejecutivo de Cristina Cifuentes informó recientemente en el Pleno de la Asamblea de las medidas que ya ha puesto en marcha. Entre ellas está la elaboración de censos y seguimientos de los ejemplares y trabajos para la localización de las posibles áreas de cría, alimentación o campeo. La Comunidad también se ha comprometido a realizar labores de vigilancia y a elaborar informes ambientales «protegiendo las poblaciones conocidas». En lo que va de año, han fallecido dos lobos atropellados en carreteras de la región. En abril de 2015, otro vehículo mató a un cánido en la carretera que une Guadarrama con Los Molinos. A todo ello se suman las jornadas de formación para el personal relacionado directamente con esta especie que ha llevado a cabo Medio Ambiente.