Se cumplen 114 años del nacimiento del poeta sevillano, miembro de la Generación del 27, y un grupo de personas se ha propuesto recuperar el edificio, que fue parte importante de obras como «Ocnos»
Salvar de la ruina y recuperarla para la ciudad es el objetivo que se ha marcado un grupo de personas para la casa natal de Luis Cernuda, algo que no es solo un edificio de la sevillana calle Acetres, sino parte importante de obras como «Ocnos», en la que protagoniza multitud de referencias.
Esa vivienda de la antigua calle Conde de Tojar vio nacer a Cernuda el 21 de septiembre de 1902 y allí estuvo hasta que, rozando los 15 años, su padre fue destinado a unos pabellones militares sevillanos, como explica Rogelio Reyes, catedrático emérito de Literatura de la Universidad de Sevilla.
Reyes es miembro del consejo asesor de la Asociación de Defensa del Patrimonio (ADEPA), la entidad que ha iniciado una recogida de firmas virtuales en la plataforma Change.org para pedir a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía que se ponga al frente de la salvación de este inmueble, y se evite, entre otras cosas, que caiga en manos privadas si prospera la venta que está gestionando una inmobiliaria.
La petición reclama «salvar de la ruina y las destrucción la casa donde vivió Cernuda su infancia, que describe en su obra en prosa más importante, «Ocnos»», una vivienda del siglo XIX «con dos patios, muy típica de la burguesía sevillana de esta época. En «Ocnos», Cernuda, describe no sólo los patios, sino distintas habitaciones, el zaguán, etc…».
Rogelio Reyes cree que es la única casa «que ha sido transmutada desde la vida de un poeta a su obra», de lo que da fe, entre otras cosas, una placa colocada en su fachada, que recoge parte del poema «El tiempo»: «Recuerdo aquel rincón del patio en la casa natal, yo a solas y sentado en el primer peldaño de la escalera de mármol».
La vivienda corre el riesgo de declararse en ruinas e incluso sus balcones están protegidos con redes para prevenir posibles desprendimientos de cascotes a la calle, una estrecha vía situada muy cerca de La Campana sevillana donde el pequeño Cernuda tuvo su primer contacto con la pluma y el papel.
Una calle «muy cultural»
Una casa que, además, forma parte de «una calle muy cultural», ya que solo hay que doblar la esquina para encontrar la casa natal del músico Joaquín Turina, por lo que «encontrar una casa así, que se ve en los versos del autor, en una calle más poética es muy difícil», señala el portavoz de ADEPA, que ha aseverado que «algo como eso no se puede perder de ninguna manera».
Reyes Ha defendido que no se puede perder un inmueble «en el que se fragua la personalidad de un autor que es emblema de la Generación del 27» y ha precisado que en «Ocnos» «hay un poema llamado «La familia» en el que describe una escena en su casa que es todo un símbolo de esa vivienda».
«Sería una vergüenza que Sevilla perdiera esa casa», espeta Reyes, indignado ante la posibilidad de que pueda seguir la misma suerte de inmuebles como la Venta de los Gatos, edificio en el que Gustavo Adolfo Bécquer situó su obra del mismo nombre y que hoy está en manos de una inmobiliaria, mientras la asociación «Con los Bécquer en Sevilla» pide que se le declare Bien de Interés Cultural (BIC) para lograr su protección definitiva y convertirlo en un museo del legado del poeta.