La candidatura de Rita Maestre limita el efecto del pacto de Espinar con los Anticapitalistas.
Las cartas están marcadas y boca arriba. Los distintos modelos que confrontan en Podemos ensayan en Madrid lo que sucederá en Vistalegre en la segunda asamblea ciudadana, que desde el entorno de Pablo Iglesias se quiere celebrar ahora «cuanto antes».
La estructura, el discurso y la estrategia del partido están en juego entre el modelo que abandera Íñigo Errejón y el que lidera Pablo Iglesias. En la noche del viernes se hizo efectiva la anunciada unión entre el sector pablista en Madrid, agrupado en torno a la candidatura de Podemos Escucha y los anticapitalistas agrupados ahora en torno a Reinicia Podemos.
El primer paso del acuerdo consiste en transaccionar documentos programáticos entre ambas candidaturas. La votación se realiza el próximo 27 de octubre. Y el siguiente paso será cristalizar en una candidatura conjunta entre Espinar y Miguel Urbán, eurodiputado y rostro visible de Izquierda Anticapitalista.
Fuentes del equipo de Podemos Escucha se asegura que el acuerdo les aporta una ventaja casi decisiva sobre la candidatura errejonista, que tiene en Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid, en el rostro visible. Por contra, desde esta candidatura se ven por delante y confían en que la imagen de Maestre será decisiva para imponerse a Espinar. «Anticapitalistas no es lo que era en 2014», señalan desde Adelante, que apuntan a su fragmentación.
Apuntan también como «muy sintomático», y creen que a la larga decisivo, como destacados pablistas como Miguel Vila, Tania Sánchez y todo el sector que arrastra de IU Madrid hayan sumado fuerzas con ellos «viendo la deriva del otro sector».
En ambas candidaturas hay voces que coinciden en apuntar que el sentimiento general en las bases es que visibilizar un conflicto abierto entre Iglesias y Errejón es muy negativo para la formación. Por eso en la candidatura de Maestre se defiende que el secretario político siga manteniendo una postura de no injerencia, en contraposición al apoyo más explícito que Iglesias ha mostrado hacia Espinar y hacia las consideraciones programáticas de Anticapitalistas.
El movimiento de Urbán ha logrado pactar con Espinar un documento en el que se recogen algunas de sus principales demandas, entre las que destacan la limitación a la acumulación de cargos y una serie de contrapesos que buscan limitar el poder del secretario general. Es decir, el modelo que Iglesias rechazó en la asamblea fundacional y que ahora hace suyo para mantenerse al frente del partido. Una muestra más de la alianza de facto que ha fraguado con los anticapitalistas desde que eligió a Pablo Echenique como secretario de Organización.
Madrid, el primer paso
Fue el propio Urbán quien en la noche del viernes reconocía el proceso madrileño como pieza clave para la gran batalla. «El siguiente paso es ganar los documentos. Hay que preparar una campaña para poner encima de la mesa que es necesario ganar para desde Madrid desbordar Vistalegre», señaló. La alianza fraguada en Madrid podría volver a repetirse. «Cambiar Madrid no es suficiente si no ganamos el estatal. Reinicia Podemos continúa para ganar Vistalegre II. Tenemos que celebrar un gran encuentro estatal en donde podamos decir cómo ganar, donde volvamos a hablar de procesos constituyentes, de la deuda, de políticas en mayúsculas. Si conseguimos que estos documentos sean los más votados, vamos a marcar el Vistalegre II».
Ya en clave regional, el eurodiputado advirtió a los suyos: «que nadie se crea que pactando con Escucha vamos a ganar. Hay que pelear voto por voto». En la candidatura errejonista relativizan absolutamente el efecto que esa alianza podría tener a nivel estatal ya que consideran que Anticapitalistas está «muy radicado en Madrid». Pero ni siquiera consideran que el pacto en la Comunidad les sitúe en una posición de ventaja, y entienden las palabras de Urbán como un reconocimiento de ello. «Han estado jugando a que 2+2 eran 4 y a lo mejor son 2».
Su estrategia de ahora en adelante va a ser tratar de provocar un esfuerzo de movilización entre los inscritos menos activos, un espacio muy amplio en el que creen que la imagen de Maestre cuenta con mucha mejor aceptación que la de Espinar.