El sector mueve ficha y apuesta por modelos de gestión de éxito contrastado en países de Europa
La transformación y la eficiencia, entre los principales retos de un futuro cercano al que se mira con optimismo
Tras dos años de intensa crisis, el lácteo vuelve a resurgir y lo hace convencido de no reeditar los errores que en el pasado debilitaron sus estructuras. En un contexto mundial de clara recuperación de los precios, el sector se rearma con nuevos proyectos, cambios de modelos e inversiones que blindan así el liderazgo de Galicia como primer productor de leche en España: el 38 por ciento del conjunto estatal.
Anuncios como el de la creación de un «gran grupo lácteo» impulsado por cuatro de las grandes cooperativas gallegas- la planta de procesamiento que la madrileña Goodleit instalará en Curtis (La Coruña), con capacidad para dar salida a un 17% de la producción de leche en Galicia- el regreso al mercado de la marca gallega Deleite el pasado 18 de mayo– la ampliación de la planta que Queserías Entrepinares tiene en la localidad lucense de Vilalba y en la que invertirá más de 15 millones- o el inicio de la construcción de la torre de secado de Dairylac en su sede de Melide por 12 millones de euros, al tiempo que participa en la subasta de dos queserías gallegas en concurso, muestran que el sector lácteo tiene futuro.
La clave está en fortalecer las estructuras, tal y como asegura a ABC el director general de Feiraco, José Luis Antuña, quien señala que en un escenario de volatilidad de los precios donde las crisis del sector tienen un claro componente cíclico, solo sobrevivirán aquellos ganaderos que «tengan una estructura sólida, con proyectos a medio-largo plazo y retornos que eviten las tensiones financieras en un contexto de caída de los precios». Resume: «Ganar en eficiencia y reducir costes».
Precisamente este es uno de los principales motivos que ha llevado a Feiraco, Os Irmandiños, Melisanto y Xallas a anunciar su integración —una iniciativa a la que deberán mostrar su apoyo las respectivas asambleas de cada una de las cooperativas a finales de mes— e impulsar la creación de un «gran grupo lácteo» con el que ganar volumen, aprovechar las sinergias, compartir servicios y abaratar costes. El sector mueve así ficha para ganar en solidez y apuesta por modelos que se gestionan con éxito en otros países europeos. Es el caso de Francia, donde el 60% de los ganaderos están integrados en cooperativas, un porcentaje que se eleva al 90 en el caso de Holanda. Y en ellos se han fijado, en palabras de Antuña, para «recorrer este camino de forma ordenada, siempre pensando en lo mejor para nuestros socios, con una importante dosis de generosidad entre las distintas cooperativas».
«La estructura productiva e industrial en Europa está bastante bien organizada con cooperativas que son a su vez grandes comercializadoras, con márgenes que les permiten un retorno independiente de los precios mundiales de la leche», apunta.
Mayor industrialización
Así las cosas, quien defiende que «si los ganaderos quieren ser dueños de su futuro deben participar de forma activa en todas las estructuras de la cadena de valor», no oculta las debilidades de un sector que debe poner el foco en la industrialización, ya que «más de un 30% de la leche producida en Galicia no se transforma aquí. Sale en camión cisterna». «Tenemos que empezar a plantearnos industrializar la leche que producimos, transformarla como hacen otras grandes productoras europeas», añade, para advertir que «en el momento en que el vuelva a haber sobreproducción, las regiones peor paradas serán aquellas más débiles en estructuras». «Tenemos que enfocar el futuro del sector a que los productos salgan de aquí transformados», insiste Antuña, quien recomienda interiorizar la idea de que los países emergentes son un importante nicho de mercado para el lácteo, cuando el consumo de leche en todo el mundo está tocando suelo, «en estos se está dando un repunte importante».
Y en consolidar el modelo industrial cooperativo gallego trabaja también Dairylac. La compañía integrada por las cooperativas Icos y Codeira (67,35%), XesGalicia (25%) y otros pequeños inversores busca ampliar la sociedad. Un modelo que casa con la política de la Xunta que apuesta por el cooperativismo como fórmula de éxito en la defensa de los intereses de todos los agentes de la cadena.
«Partimos de una situación inmejorable para producir leche y contamos con un sector profesionalizado y con buenas instalaciones, además de una infraestructura de recogida, transporte y tratamiento ya establecida y en buen funcionamiento», apuntan desde la Consellería do Medio Rural, al tiempo que ven el anuncio de la fusión, junto a las noticias de Goodleit, Dairylac, Deleite y Entrepinares, la constatación de que el sector alza el vuelo. A mayores, el departamento autonómico acentúa su apuesta por la «transformación de la leche, para diversificar la oferta y abrir nuevos mercados».
Y en la transformación, en ir más allá de meter leche líquida en un cartón, hacen hincapié dos de las principales organizaciones lácteas en Galicia. Isabel Vilalba, secretaria xeral do Sindicato Labrego Galego, y Óscar Pose (Unións Agrarias) se muestran cautos a la hora de valorar unas iniciativas que están dando sus primeros pasos, «tras experiencias traumáticas como el fallido proyecto de Alimentos Lácteos», en palabras de la primera. «Hay que ver su desarrollo, pero nos parece que era muy importante dar este paso, es necesario apostar por segmentos de mayor valor añadido», señala Vilalba a ABC. «Se están haciendo inversiones muy importantes en el sector, pero también en las explotaciones, de las más punteras de Europa», añade Pose.