Asegura que sería un «error» apartarle, y que solo un congreso es competente para ello
El presidente del PSC, Àngel Ros, defendió ayer que no se aparte al PSC de los órganos de dirección del PSOE como sanción porque todos los siete diputados de su partido rompieran la disciplina de voto en la sesión de investidura del presidente Mariano Rajoy y votaran en contra del candidato del PP. «Si se hicieran actuaciones de este tipo sería un error político importante», advirtió Ros.
El también alcalde de Lérida hizo estas declaraciones un día después de que el Grupo Socialista del Congreso abriera expediente disciplinario contra los quince diputados, entre ellos los siete catalanes, que no respetaron la disciplina de voto y votaron «no» a la investidura de Mariano Rajoy. El expediente podría saldarse con multas de 200 a 600 euros.
Los diputados del PSC tienen ahora varios días para presentar sus alegaciones, aunque tras recibir el pasado lunes la notificación de la apertura del expediente ya avanzaron su principal argumento de defensa en una carta enviada al presidente del Comité de Disciplina del Grupo Socialista, Luis Sahuquillo. Alegarán, entre otras razones, que actuaron «en conciencia», atendiendo a la discrepancia entre la decisión del Comité Federal del PSOE del 23 de octubre para abstenerse y la que, dos días después, tomó por casi unanimidad el Consejo Nacional del PSC, que abogó por el «no» a Rajoy.
Algunas voces dentro del PSOE piden que el partido vaya más allá de las multas y castigue la indisciplina en bloque del PSC con la expulsión de sus miembros del Comité Federal y de la Ejecutiva del partido. Una decisión que afectaría, por ejemplo, a Meritxell Batet, portavoz adjunta del Grupo Socialista en el Congreso. Otras voces se postulan directamente por una ruptura de las relaciones entre PSC y PSOE, aunque se augura poco factible la supervivencia electoral de un PSOE catalán. Unas y otras voces coincidirían, al menos, en unos mínimos: que se revise el actual protocolo entre ambas formaciones que data de 1978.
Con todo, Ros rechazó ayer «los posicionamientos que se oyen en el PSOE de revisar el protocolo» entre los dos partidos y recordó que para modificar el acuerdo que los une hay que hacerlo a través de un congreso tanto del PSOE como del PSC. Tampoco en el cómo se ponen de acuerdo, porque la gestora del PSOE considera que bastaría el Comité Federal para tomar esta determinación.
Llegados aquí, desde el PSC aguardan a que sea el PSOE quien mueva ficha y se centran en el congreso que la formación catalana celebrará este próximo fin de semana. De hecho, en la ponencia marco que la ejecutiva del PSC liderada por Miquel Iceta ha presentado para el citado cónclave no se aborda la relación con el PSOE,_ni una redefinición del protocolo. Si se señala, sin embargo, que el PSC «ahora más que nunca», ha de «volver a ser» un partido «soberano y «autónomo».
Desde las bases del PSC se han presentado para el congreso cuatro propuestas para sugerir cambios en la relación con el PSOE, pero la cúpula del partido cree que no alcanzarán el 75% de apoyos requeridos para ser tomadas en consideración en comisión.
Si se abre un período de reflexión sobre el protocolo PSOE/PSC no será, pues, hasta después del congreso del PSC. «No creo que el PSOE se pueda permitir prescindir de nosotros, ni nosotros de ellos», decía Àngel Ros. Pero nadie tiene claro cómo caminarán el PSOE y el PSC tras el «no» de éstos a investir a Rajoy.
Por otra parte, sobre la entrevista del exsecretario general Pedro Sánchez el pasado domingo en La Sexta, Ros rehusó valorar sus declaraciones sobre reuniones con políticos y empresarios pero consideró que en el Comité Federal que derivó en su dimisión «no se actuó con justicia» con él.
El presidente del PSC reivindicó la «sensibilidad» hacia Cataluña y el denominado «problema catalán» que ha mostrado siempre Sánchez. «Quizá ahora lo ha formulado con otros términos que, de alguna manera, son más titular», matizó.