Un «sms» enviado por error a un laborista destapa favores del Gobierno a los tories
Le ha costado año y medio. Pero ayer, por primera vez desde que es líder de los laboristas, el alicaído Jeremy Corbyn fue capaz de desarbolar a Theresa May en una sesión de control en el Parlamento. Una torpeza del mandatario conservador de la autoridad local de Surrey, que envió varios «sms» a un alcalde laborista cuando pensaba que escribía a un miembro del Gobierno, proporcionó a Corbyn un inesperado regalo para poner a la primera ministra contra las cuerdas.
Los mensajes acreditarían un trato de favor a Surrey, feudo tory de siempre, en relación a otros condados de Inglaterra. El líder laborista preguntó seis veces a May por lo ocurrido, pero fue incapaz de contestar a la acusación y se escabulló con crítica genéricas al partido rival.
A comienzos de año, el Condado de Surrey, al Sureste del Gran Londres, con más de un millón de habitantes y gobernado por los tories desde siempre, anunció un referéndum sobre una gran subida de impuestos para compensar los recortes sociales del Gobierno. Según la autoridad local de Surrey, una zona rica de Inglaterra, desde 2010 habían perdido 170 millones de libras debido a las medidas de ahorro. Lo que proponían para poder mantener la calidad de servicios sociales era una brutal subida del impuesto sobre las viviendas, del 15%, que iban a someter a un referéndum. Los vecinos tendrían que elegir entre pagar más tasas o tener menos servicios asistenciales.
Pero el pasado martes, súbitamente, Surrey redujo la subida impositiva a solo un 4,9% y se olvidó del referéndum. Los «sms» que leyó Corbyn en el Parlamento probarían que el jefe de la autoridad local de Surrey, David Hodge, llegó a un acuerdo secreto con el Ejecutivo para recibir más dinero a cambio de aparcar su controvertido referéndum. La consulta suponía un problema para el Gobierno, porque los ministros de Salud y Economía tienen su circunscripción electoral en Surrey y porque revelaba el calado de los recortes sociales en un momento en que May alardea de conservadurismo compasivo.
Uno de los «sms» deja poco lugar a dudas de que hubo un acuerdo monetario bajo cuerda. «Los números que indicas creo que son aceptables para mí para poder suspender el R», escribe Hodge en relación al referéndum. La torpeza del mandatario local consistió en que quería escribir a Nick Forbes, asesor del ministro de Administraciones Locales, pero por error los mandó al perplejo alcalde de Newcastle, Nick Forbes, que se los remitió a Corbyn.
Hodge jura que no existe un acuerdo secreto para recibir más dinero y los portavoces del Número 10 también lo niegan. Pero la bancada de la oposición, desmoralizada por la pésima labor habitual de Corbyn, la gozó abucheando a la «premier».