El presidente del Banco Central Europeo defiende que «los problemas de la entidad alemana no tienen nada que ver con los tipos bajos»
Mario Draghi se ha distanciado de los problemas de Deutsche Bank y ha dejado claro que su política monetaria de tipos bajos no es lo que está ocasionando la desconfianza de los inversores.
«Muchos bancos tienen problemas, mejor dicho, algunos bancos tienen problemas que no están primariamente relacionados con los tipos bajos, sino con otras razones, como el modelo de negocio o la mala gestión», ha dicho el presidente del BCE en una comparecencia ante el Bundestag.
Draghi ha defendido ante los diputados alemanes que el BCE no es responsable de las miserias de los bancos y que su política no cambiará porque es la correcta, beneficiando tanto a los bancos como a los ahorradores en la medida en que estos se benefician del crecimiento, lento pero sostenido, cuyo mérito se atribuye.
Las palabras de Draghi han dejado en evidencia la soledad de Deutsche Bank en esta hora difícil. El gobierno Merkel ha difundido a través de cuantos portavoces tiene que no se ha hablado de rescate y todo apunta a que ha habido presiones para que el presidente de Deutsche Bank, John Cryan, desmintiese personalmente esa posibilidad también con máxima difusión.
Se sirvió para ello del popular Bild Zeitung, habitualmente ajeno a las altas finanzas pero que entrevistó a Cryan citando: «No puedo entender que alguien pueda siquiera sospechar eso, en ningún momento he pedido ayuda estatal a la canciller». Además descartó por ahora una ampliación de capital, sugirió que en 2017 podría haber de nuevo dividendo y pidió tiempo a los accionistas, afirmando que «la reconstrucción que estamos llevando a cabo necesita tiempo y por ahora vamos según lo planeado».