El acusado les contactaba con el pretexto de comprarles zapatillas usadas y luego les pagaba por practicar sadomasoquismo
Un tribunal de Alicante ha impuesto penas que suman 22 años y 6 meses de prisión a un hombre por inducir a la prostitución y grabar imágenes pornográficas a siete menores de edad, según se recoge en la sentencia a la que ha tenido acceso Efe.
Utilizó para ello el pretexto de «comprar sus zapatillas usadas» a fin de coleccionarlas y luego mantuvo relaciones sexuales con ellos a cambio de dinero. El acusado es profesor de francés en la Escuela Oficial de Idiomas de la ciudad, aunque las víctimas, que tenían entre 12 y 16 años en las fechas en que ocurrieron los hechos, no eran alumnos, sino que contactó con ellos por Internet.
El juicio por este caso se celebró el pasado mes en la sección primera de la Audiencia de Alicante y el acusado admitió que había mantenido relaciones sexuales con los chicos pero solo después de cumplieran la mayoría de edad.
Los hechos sucedieron entre 2008 y 2013, cuando el procesado contactó con los menores a través de Internet y mantuvo sexo con ellos en su piso de Alicante y un apartamento de la Playa de San Juan a cambio de dinero.
Según recoge la sentencia, el procesado grabó en vídeo varias de estas relaciones, que incluían en muchos casos prácticas sadomasoquistas en las que él solía recibir golpes y patadas mientras se masturbaba.
De 30 a 50 euros
El acusado, que tiene 42 años en la actualidad, pagaba a las víctimas a las que prostituía cantidades que iban desde los 30 a los 50 euros. En uno de esos encuentros llegó a participar un niño de 12 años al que el profesor pagó 10 euros para que le pateara y le diera pisotones junto a su hermano, que ya tenía 18 años, mientras le grababa con un teléfono móvil.
En octubre de 2013, una juez de Alicante ordenó el registro de las dos viviendas donde habían tenido lugar los hechos y la Policía encontró las imágenes de las relaciones sexuales grabadas en un teléfono, varios discos duros, memorias USB y un ordenador portátil.
Los magistrados han rechazado la nulidad de estas pruebas, que había solicitado la defensa, y han llegado a la conclusión de que el acusado se aprovechó de la «penuria económica» que pasaban los menores para inducirlos a la prostitución.
El tribunal considera falta de «consistencia» la versión del acusado, según el cual las denuncias responden a un «complot», y otorga por el contrario credibilidad a los testimonios de las víctimas.
La Audiencia de Alicante ha condenado al procesado a penas que suman 22 años y 6 meses de prisión por delitos relativos a la prostitución y corrupción de menores, algunos de ellos con elaboración de material pornográfico, aunque la sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.