El Ayuntamiento, para naturalizar el río, rebaja al mínimo el cauce en el tramo donde se entrenan los clubes
El proyecto de naturalizar el Manzanares, puesto en marcha por el Gobierno de Manuela Carmena, conlleva un perjuicio para las escuelas de remo que entrenan en el río. La subida de las presas 8 y 9 ha rebajado al mínimo el caudal en este tramo, con la consiguiente imposibilidad para realizar estas actividades- un extremo que se agrava por la ausencia de alternativas reales por parte del Ayuntamiento. La Federación Madrileña de Remo y la totalidad de los clubes de la capital, después de dos meses en esta situación, denuncian el agravio y demandan un punto de encuentro entre el plan municipal y la labor deportiva que desarrollan.
La pretensión del Área de Medio Ambiente, que dirige Inés Sabanés, es la de devolver al río una apariencia más natural en su curso urbano. El plan, como informó ABC, responde a una propuesta de Ecologistas en Acción y arrancará antes de que acabe el año. La naturalización del Manzanares supone la plantación de cerca de 30.000 árboles y, entre otros aspectos, favorecer el anidamiento de aves. La primera acometida del Consistorio fue abrir las presas en mayo. La consecuencia inmediata fue que el nivel del agua bajó considerablemente en la zona comprendida entre las presas 8 y 9, a la altura del distrito de Arganzuela, donde operan las escuelas. El problema fundamental es que este tramo, con 300 metros de longitud, es la única lámina de agua disponible en la ciudad para la práctica del remo.
La federación y los clubes de remo advierten de que el Manzanares es el único espacio apto para practicar este deporte en la capital- sin agua desaparecería
El secretario general de la Federación de Remo y presidente de la de Piragüismo, Francisco Valcarce, explicó a ABC que esta decisión unilateral les «deja en la calle». Literalmente. «A los cerca de cincuenta niños de la escuela hay que sumar a otros tres trabajadores que se encargan de la gestión del espacio», apunta Valcarce- y añade: «No estamos en contra del proyecto de naturalizar el río, somos los primeros interesados en que haya un río limpio, pero es fundamental que se mantenga el nivel del agua». Un criterio similar mantiene Lorena Rodríguez, del club Madrid Velocidad y encargada de la organización de actividades con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Según indica, se sienten «ignorados» porque no se les ha reconocido como parte afectada. «Con este caudal, es imposible remar y solo podemos hacer físico fuera del agua- la desazón es grande porque no podemos continuar con la labor de deporte base y ocio», añade.
Convenio de colaboración
La práctica del remo comenzó a hacerse en la capital en 2012, con la inauguración del Parque Madrid Río y la cesión del espacio a través de un convenio anual entre la Junta de Distrito y los clubes. Desde entonces, este punto se ha convertido en el núcleo de todos las asociaciones que desarrollan este deporte y que ahora están afectadas. Madrid Velocidad es uno de los más agraviados porque tiene su sede allí, pero también lo sufren otros como Retiro 66, Lago o Remo Versalles. Dada la situación, han iniciado una recogida de firmas en la plataforma digital Change.org (cuenta con más de 3.000 apoyos) y han pedido audiencia con el Ayuntamiento. El río lleva con esta apariencia cerca de dos meses y desde el equipo de Gobierno, sostiene Valcarce, «no han informado de nada».
El Consistorio, no obstante, sí ha propuesto algunas alternativas, entre las que destaca el traslado de estas actividades a El Pardo. Desde la Federación de Remo, en cambio, aseguran que esta y otras de las propuestas «son inviables». La imposibilidad de realizar el remo en otras zonas de Madrid se sustentan en varios aspectos. «La opción de El Pardo es casi imposible porque se ha intentado durante cincuenta años y no se ha conseguido», justifica el presidente.
Los afectados aseguran que las propuestas (El Pardo, la Casa de Campo o el Retiro) no son válidas, porque no cumplen los requisitos de espacio y horario
El principal escollo en este caso es que debe contar con la aprobación de Patrimonio. Rodríguez recuerda que, además, no es posible porque «se perdería a todos los vecinos del barrio que hacen remo en lugar de ir al gimnasio». El resto de alternativas, como la Casa de Campo, el Retiro o el Parque Juan Carlos I, contienen la problemática de la falta de horarios y de espacio. Tampoco el embalse de Valmayor se adaptaría a las particularidades que demanda el remo y la idiosincrasia que ha adquirido este deporte en la zona de Arganzuela. Por si fuera poco, el 95% de las competiciones de remo que se celebran en Madrid se hacen en el Manzanares.
A pesar de la ausencia total de agua, los clubes tratan de continuar con su actividad con los ejercicios que pueden desarrollarse fuera del río. Resulta paradójico que un club de remo no lo practique y se dedique exclusivamente a realizar actividad física fuera del agua. «Sin agua, esto no tiene sentido», asevera Valcarce.