Nace «la Crida», enésimo instrumento de Puigdemont para protagonizar el independentismo

El independentismo suma desde este sábado una nueva marca a su sopa de siglas. Se trata de «la Crida», el nuevo instrumento político de Carles Puigdemont, que ha celebrado hoy su Congreso Constituyente entre apelaciones a los «presos y exiliados» independentistas. El expresidente y el antiguo líder de la ANC Jordi Sànchez (hoy preso en Lledoners) serán sus máximos estandártes. Ambos, nombres de peso en el desarticulado universo independentista que tratar de coser una unidad cada vez más complicada y difusa.

«Esto no va de siglas, partidos o entidades. Va de personas y sobretodo del presidente Puigdemont», trataba de resumir uno de los adheridos a esta plataforma que quiso nacer como «movimiento» -a imagen y semejanza del EnMarche macronista- pero que ha mutado rapidamente en un nuevo partido: La Crida (La Llamada, sic). No en vano, la formación ya está inscrita como partido en el registro del Ministerio de Interior aunque sus impulsores se centran ahora en la faceta de «formación» del invento para no incomodar al PDECat, partido al que pertenece buena parte de la dirección que será votada hoy, así como el propio Puigdemon. En este sentido, el diputado neoconvergente Eduard Pujol apuntaba antes del inicio de la cita, celebrada en Barcelona, que la nueva formación quiere ser «una herramienta muy potente al servicio de la república para hacer los metros finales de un camino muy largo».

Los «asociados» y miembros «fundadores» de la nueva formación independentista se esfuerzan a recordar que esta marca no es la enésima refundación de la antigua Convergència. Sin embargo, la militancia «cridaire» proviene en buena medida del antiguo universo de CiU, aunque muchos de ellos también atesoran en su haber otros identificativos de pedigrí independentista que exhiben orgullosos. Entre estos, los de la citada ANC, Òmnium Cultural, el Consejo de la República -que también impulsa els expresidente cesado desde Bélgica- o incluso los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR).

Reto al PDECat y silencio de Mas

Más allá de los intereses individuales de cada nuevo militante, lo cierto es que la creación de «la Crida» -que hoy ha votado a su presidente, a su secretario general y a una dirección de 19 miembros- supone un órdago a las formaciones independentistas «tradicionales»: ERC y especialmente, el PDECat. Los antiguos convergentes no admiten la doble militancia en sus filas, sin embargo, el entorno de Puigdemont, y especialmente Jordi Sànchez han exhortado a los «asociados» del partido de Mas a sumarse a la nueva herramienta creada entre Waterloo y Lledoners. Preguntados por este diario, varios cuadros del PDECat presentes en el congreso aseveraban hoy que en su ingreso a «la Crida» pesaba la inminencia de las elecciones municipales aunque también se reconocían «alineados» con aquello que dicte Puigdemont desde su fuga de la Justicia.

Críticas internas

A lo largo de la mañana, el congreso se ha desarrollado en un ambiente plácido. Sin embargo, la tranquilidad se ha empañado cuando uno de los participantes en la cita ha denunciado que la ponencia fundacional de la formación tiene «mentalidad de partido» y ha remarcado que son «un movimiento». Las palabras del militante han arrancado aplausos entre los alrededor de 2.200 congresistas presentes en la sala. También ha denunciado que el reglamento no blinda las primarias ni mecanismos para garantizar la paridad de género en la dirección, y ha considerado además demasiado elevado que hasta un 50% de los miembros de la ejecutiva puedan tener cargos institucionales.