Lo mejor de 2017 en novela negra

Stephen King y «Fin de guardia», Julián Ibáñez y «Todo Bellón», el regreso de Agatha Christie gracias al estreno de una nueva versión cinematográfica de «Asesinato en el Orient Express» o los quince años de «El psicoanalista»– las opciones a la hora de escoger un buen libro con un crimen dentro se multiplican y con ellas el riesgo de equivocarnos en la elección. Por lo que pueda pasar, estos son nuestros aciertos seguros.

«Tiempos negros». Varios autores. Siruela, 2017. 248 págs 19,95 euros

«La historia del mundo es un catálogo de violencia y de accidentes», eso dice Erwin Chargaff, a quien cita Ernesto Mallo para abrirnos las puertas de esta oscurísima antología integrada por las ficciones de un buen puñado de voces imprescindibles de la literatura de género en español. Desde Alexis Ravelo a Lorenzo Silva, pasando por la interesante reflexión de Alicia Giménez Bartlett sobre la diferencia de abordar un crimen a partir de la extensión indeterminada de una novela o ajustado en los moldes más estrechos del cuento. Tiempos negros, por esto último, ha debido suponer un difícil reto para los autores que figuran en su índice. Para el lector, sin embargo, será un placer. El punto de partida de esta literaria carrera de relevos lo encontramos en 1900, Jenn Díaz viaja al principio del siglo XX para recuperar la controvertida figura de Enriqueta Martí desde el punto de vista de una de sus víctimas- y el final del viaje nos permitirá cruzar la frontera del futuro de la mano de Ana María Villalonga, cuyo relato se sitúa en el siglo XXII. Para la sangre nunca es mal momento.

«Alias Grace». Margaret Atwood. Trad.: M. A. Menini Salamandra, 2017. 528 págs 23 euros

Y para la sangre tampoco hay mal lugar. Grace Marks existió de verdad. Era sólo una adolescente cuando en 1840 emigró de Irlanda a Canadá, donde sobrevivió como sirvienta hasta que en 1843 fue acusada de asesinar brutalmente a su señor, Thomas Kinnear, y a Nancy Montgomery, el ama de llaves de la hacienda en la que trabajaba. Su culpabilidad nunca estuvo clara.

Este es el suceso que dio pie a Margaret Atwood para escribir a finales de los 90 «Alias Grace», la novela que Salamandra acaba de devolver a las estanterías de novedades navideñas al hilo de dos éxitos que la preceden: por un lado, las nada despreciables ventas de «El cuento de la criada», también de Atwood, una distopía que tiene en común con «Alias Grace» la mirada crítica y extraordinariamente actual sobre la posición de la mujer en el mundo- y por otro, el reciente estreno en Netflix de una miniserie basada en el texto de la escritora canadiense.

Este es un libro para quien tenga ganas de una narración plagada de detalles, al más puro estilo «Hermana mía, mi amor», donde Joyce Carol Oates se basó también en un asesinato real, el de la pequeña JonBenét Ramsey, para inventarse la tragedia jamás resuelta en torno a la muerte de Bliss Rampike- un ejemplo más de la utilidad de la novela como campo de pruebas para experimentar con todo aquello que la realidad nos prohíbe.

«Final en Berlín». Heinz Rein. Trad.: C. Martí-Menzel. Sexto Piso, 2017. 808 págs 33 euros

La realidad, sin embargo, no requiere siempre de la imaginación para reforzar los horrores que en ella acontecen. Y si hay un escenario que se ajuste a esta premisa, ese es por supuesto el Berlín del segundo cuarto del siglo XX, el mismo en el que Philip Kerr situó al detective Bernie Gunther, protagonista de su serie de «thrillers» «Berlin Noir», cuya acción transcurre entre el ascenso y el declive del nazismo- y al que Arthur R. G. Solmssen convirtió en escenario irrepetible de la maravillosa «Una princesa en Berlín». Hay pocas cosas más terribles que una ciudad víctima de una guerra.

Traducida por primera vez (¡y por fin!) al español en 2017, «Final en Berlín» es una novela coral que Heinz Rein, silenciado en 1934 por el régimen nazi al no comulgar con él, publicó en 1947 y en la que se concentran los efectos que inocularon a un sector de la población destinado a sumergirse en la criminalidad y los bajos fondos, aprovechando el caos provocado por el enfrentamiento.

Se trata de un testimonio crudo y ágil, con un ritmo que se beneficia de la experiencia de Rein como reportero y periodista deportivo, y el atractivo de las propuestas más clásicas del género.