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Las mejores playas vírgenes de Europa están en España

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Playas de la Península de Jandía, en Fuerteventura – Promotur Turismo de Canarias

Guía para visitar Fuerteventura, la segunda isla en tamaño del archipiélago, con vistas a espectaculares playas vírgenes

Para encontrar playas desiertas muchos días del año, sin bloques de apartamentos a pie de agua, no hace falta viajar muy lejos. Las hay en diferentes puntos de España. Esta vez viajamos a Fuerteventura, en las islas Canarias, un gran destino para descubrir en invierno, cuando la península tirita de frío.

  1. Península de Jandía, al sur

    Evocando el ambiente sahariano con su aridez, tonos ocres y anaranjados del paisaje desde una planicie central la isla se abre hacia las costas. Al sur se divisan las montañas más sobresalientes que conforman la alargada península de Jandía que está rodeada de playas tan hermosas como solitarias. Como los 22 km de la playa de Sotavento -un destino soñado por winsurfistas y kitesurfistas del mundo y sede de un campeonato internacional– la de Cofete, en la costa oeste, la más remota e inaccesible, o la imponente de Barlovento que es el ejemplo perfecto de la naturaleza litoral majorera.

    Dónde: Seguir la carretera FV-2 hasta Morro Jable y desde allí continuar hacia el faro de Morro Jable y el Puertito de la Cruz, un pintoresco confín meridional de la isla. Para llegar a Cofete y Barlovento se requiere tiempo y vehículo apto para circular por pistas.

  2. Tefía, playa de Los Molinos

    La costa se hace abrupta hacia barlovento en el municipio de Tefía dejando hueco a pequeñas playas como la de Los Molinos, junto al Puertito de los Molinos, un antiguo asentamiento pesquero, que es un tranquilo lugar de baño familiar de arenas doradas. Hacia el interior el pueblo de Tefía presidido por los perfiles montañosos de los montes Cuchillos y La Muda. Estamos en el centro de la isla y en uno de los mejores lugares para observar el cielo pues dispone de un observatorio ya que tenemos el privilegio de disfrutar una isla Reserva Starlight.

    Dónde: Por la FV-20 desviándose hacia la FV-30 que conduce hasta la carretera FV-207. Antes de llegar al pueblo de Tefía tomar la carretera local que desciende hasta el Puerto de los Molinos.

  3. Dunas de Corralejo

    En Fuerteventura son habituales los vientos alisios que soplan del nordeste con frecuencia. No encuentran montañas que detengan su humedad, por eso la isla es tan árida. No obstante sí que aportan ese clima benigno que se disfruta todo el año. También son origen de las dunas como las que componen el mejor campo dunar de Canarias en la zona nororiental de la isla, el de Corralejo. Ajeno al desarrollo urbanístico como parque natural es un frente de 8 km de dunas que acogen plantas valiosas. Sus arenas blanquísimas frente al azul atlántico componen la mejor imagen de un paraíso de arena y océano.

    Dónde: La carretera FV-1 hasta el pueblo de Corralejo y la FV-1a atraviesa longitudinalmente las dunas protegidas.

  4. Islote de Lobos

    Situado entre Lanzarote y Fuerteventura, pertenece a esta última y está apenas separado 2 kilómetros de ella. Para alcanzarlo hay que atravesar el brazo de mar conocido como El Río. Las charcas salinas de su litoral acogen numerosas aves limícolas, la diversidad botánica que alberga y su alto valor ecológico para especies nidificantes como el águila pescadora, conocido localmente como guincho, y las aves migratorias que en ella descansan lo convierten en destino imprescindible. Además cuenta con valiosos fondos marinos, un paraíso para el buceo.

    Dónde: La carretera FV-1 hasta el pueblo de Corralejo desde cuyo puerto hay barcos regulares con el islote en el que podemos pasar la jornada. También existen excursiones con barcos de casco transparente para observar los fondos marinos del islote.

  5. Acantilados de Ajuy, Macizo de Betancuria

    Las primeras emisiones volcánicas que dieron origen a la isla bajo el mar tuvieron lugar hace 70 millones de años. Estamos ante la isla más vieja del archipiélago. Al magma terrestre se le añadieron sedimentos marinos y un bello ejemplo de ese bocadillo geológico son los acantilados de Ajuy. Estamos en el macizo montañoso de Betancuria y nos bañaremos en la playa donde desembarcaron los conquistadores.

    Dónde: Por la carretera FV-30, con una parada en el Mirador de Las Peñitas para admirar el Parque Rural de Betancuria, para después seguir por la FV-621 hasta la playa de Ajuy junto al histórico Puerto de la Peña donde aún siguen resguardándose los barcos de pesca de los temporales atlánticos. Una senda de 1,2 kilómetros conduce hasta los acantilados negros de lavas y amarillos de las arenas fósiles depositadas entre las emisiones volcánicas.

  6. Playa del Viejo Rey, La Pared

    El itsmo que separa la península de Jandía del resto de la isla es conocido como La Pared, un bello brazo arenoso o jable. Junto al núcleo turístico de La Pared donde se hallan las más aprecidas escuelas de surf isleñas, se halla el rincón más hermoso de este tramo del litoral de barlovento que es la playa del Viejo Rey. Aunque frecuentada por surfistas, es un magnífico destino de baño y a recorrer por su orilla. Al norte se encuentra la pequeña playa de La Pared menos frecuentada y también muy hermosa.

    Dónde: Por la bonita carretera que conduce a Pájara, la FV-617, hasta la localidad residencial de La Pared situada junto a la playa.

  7. La Atalayita, playa de Pozo Negro

    La isla posee ancestrales asentamientos humanos en los que ha perdurado su carácter sagrado para los aborígenes o majos como la montaña de Tindaya, erosionado pitón volcánico que aún guarda miles de sus grabados antropomorfos. Aunque para ver la forma de habitar de los majos lo mejor es dirigirse al yacimiento arqueológico del Poblado de La Atalayita. Los aborígenes eligieron el lugar por las tierras fértiles y la disponibilidad de agua dulce y por su cercanía a la costa y sus recursos marinos. Junto al núcleo pesquero donde desemboca el barranco de Pozo Negro se halla la playa del mismo nombre que con sus callaos o cantos rodados marinos es frecuentada por los isleños.

    Dónde: Por la FV-2, junto al Malpaís Grande, se levanta la colina del Morro de La Atalayita de la que tomó nombre el poblado prehistórico a sus pies.

  8. El Cotillo, playas de El Tostón

    Al noroeste, junto al pueblo de El Cotillo, se hallan algunas de las mejores playas para practicar el windsurf y kitesurf, pero también para darse un baño en los charcones que las rocas protegen de las mareas como en la playa de Los Lagos o descubrir bonitas playas salvajes como las del Aljibe, la Cueva y el Aguila. Es momento también de recorrer el pueblo de típicas viviendas marineras y su puerto. Vigilado por la Torre de El Tostón desde 1790 para prevenir de incursiones piratas.

    Dónde: Por la FV-10 se llega a El Cotillo. Conviene después dirigirse al faro de El Tostón en Punta Ballena, que vigilaba los bajíos del estrecho de La Bocaina que separa Fuerteventura de Lanzarote, y disfrutar con el Museo de la Pesca Tradicional que aloja.

  9. Faro y Saladar de El Matorral

    Al sur, antes de llegar a Morro Jable, uno de los grandes centros turísticos de la isla, se extiende la playa de El Matorral. Inconfundible por su faro, en funcionamiento desde finales del siglo pasado, y porque posee un magnífico ecosistema costero conocido como el Saladar de Jandía. La pleamar favorece que en él crezca una comunidad vegetal única habituada a una elevada concentración salina y sobre la que caminaremos gracias a las pasarelas de madera sobreelevadas que conducen a la playa. Es a la vez un excelente refugio para las aves marinas que nidifican o se refugian entre los matorrales.

    Dónde: Por la carretera FV-2 que se dirige a la península de Jandía y llega hasta Morro Jable que aún guarda es su trazado antiguo su esencia de pueblo marinero.

  10. Caleta de Fuste, Salinas de El Carmen

    Es uno de los rincones isleños más frecuentados por el atractivo de las arenas doradas de la Caleta de Fuste y sus servicios turísticos, así como por el puerto deportivo. En sus proximidades se hallan las Salinas de El Carmen, una antigua explotación salinera convertida en Museo de la Sal. En sus instalaciones se explica la importancia que la extracción de la sal tuvo en el archipiélago desde tiempos remotos y la explotación de 1720.

    Dónde: Por la FV-2 después de pasar por Caleta de Fuste y su fortificación del siglo XVII se llega hasta el pueblo de Las Salinas. En las instalaciones veremos un esqueleto de 19 metros de rorcual común que nos asoma a las profundidades marinas a través de los cetáceos que frecuentan las costas insulares.

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