La Xunta abre la puerta a expropiar fincas de propietario desconocido

El Gobierno gallego toma la vía rápida para ofrecer una respuesta eficaz contra el «enorme» —así lo califican— problema de los incendios. Los laberintos burocráticos y los procesos judiciales para intervenir un terreno abandonado quedarán en vías de extinción, una vez que el Parlamento apruebe la ley de medidas que acompaña los presupuestos autonómicos. En el texto, la administración incorporará un paquete de retoques técnicos, pero claves para mantener a raya las franjas forestales de seguridad y proteger lo que al fin y al cabo todos persiguen: el patrimonio y la integridad de los vecinos del rural.

Se abrirá la puerta, por ejemplo, a que la Xunta expropie las fincas invadidas por la maleza, siempre y cuando su propietario sea desconocido y el coste del desbroce supere el valor catastral de la propiedad. Pero hay más. El bloque de iniciativas, abordado ayer en una reunión entre los departamentos de Vicepresidencia, Medio Rural, y la Fegamp-permitirá a los ayuntamientos acceder a un monte descuidado sin necesidad de solicitar una orden judicial previa. El único requisito será un decreto.

Es lo que vienen demandando las administraciones y los agentes del sector: agilidad «desde el minuto cero», como lo describió la conselleira Ángeles Vázquez. Todas las intervenciones se podrán ejecutar pasados quince días de su publicación en el DOG.

Los procedimientos urgentes se harán extensivos a otras tareas. Incluida la parte institucional. La Xunta se decantó por introducir las modificaciones a través de enmiendas a la ley, por lo que todos los grupos tendrán de plazo hasta el viernes para plantear sus añadidos. Algunas reformas, sin embargo, ya fueron desveladas, o bien se dieron a conocer durante la comparecencia de Alberto Núñez Feijóo en el Parlamento.

Es el caso delveto a las especies pirofíticas en un perímetro de 50 metros alrededor de los núcleos de población, lo que técnicamente se conoce como franjas secundarias de biomasa. No habrá allí eucaliptos, acacias o pinos- pero sí se podrán cultivar árboles frutales o caducifolios, con la intención de sembrar «pasillos verdes» que protejan las edificaciones y frenen el avance de las llamas. De igual modo sucede con los cultivos prohibidos en las orillas de las carreteras: la Consellería los decomisará y generará con su venta un fondo para financiar los trabajos de limpieza.

Una cuestión de recursos

Como antes hizo Feijóo, la titular de Medio Rural reconoció los «problemas» que su departamento enfrenta cada vez que intenta responsabilizar a los propietarios del control de sus propios montes. Con todo, Vázquez negó que la nueva legislación sea aún más restrictiva que la actual: «No endurecemos, lo hacemos más sencillo».

El presidente de la Fegamp, Alfredo García, celebró la «buena disposición» de todas las partes para llegar a un acuerdo duradero, aunque quiso marcar las diferencias entre la teoría —la ley—, y la práctica, en la que los concellos tendrán que redoblar esfuerzos para controlar toda la superficie abandonada. Ahí es donde entran en juego los medios:«Hay que desbrozar muchísimas parcelas de dueños desconocidos (…), hacer expedientes sancionadores a todas esas personas requiere de mucho personal, y nosotros no lo tenemos», apostilló.